Carta No. 8

5 1 0
                                    

Si alguien está leyendo esta carta seguramente es porque ya estoy muerta. Conozco el peligro que corro al denunciar los horrores de la guerra, así que estoy dispuesta a tomar el riesgo de ser asesinada. Escribí esta carta como una despedida en caso de que acontezca esto último y dejar testimonio de lo mucho que amé esta vida y a las personas que entraron en ella.

Papá y mamá: Fui egoísta al dejarlos solos siendo la única hija. Tomé esta decisión suicida consciente de la pena tan desgarradora que les causaría. Perdónenme. Simplemente no puedo quedarme de brazos cruzados mientras personas insensibles y hambrientas de poder destruyen el mundo, el lugar que con tanto esmero y dedicación han cuidado para que yo como su hija pudiera disfrutarlo. Valoro su sacrificio y por esa misma razón espero ustedes acepten el mío.

Leo: estábamos destinados a ser almas gemelas. Siempre estuvimos juntos desde el principio de nuestras vidas y hemos cometido los mismos errores. Donde quiera que estés espero seas muy feliz y encuentres algo o alguien que sacie tu necesidad de belleza y perfección, el objetivo en cada uno de tus dibujos. El dibujo que me hiciste lo guardo con esta carta y ha sido uno de mis más grandes tesoros. Gracias por enseñarme lo que soy, mi esencia, y por hacerme parte de tu vida. Deseo de corazón que puedas seguir viendo criaturas fantásticas en las nubes al lado de alguien más, alguien que te ame y te valore, que te sujete tan fuerte que dejes de ser esa alma errante y solitaria en la que te convertiste. ¡Quiero que sepas que te amaré por siempre!

Jean, gracias por ser aquel que nunca se rindió para enamorarme ni renunció a mí. Te admiro por hacerle frente a todo para ser tú mismo y vivir tu propio destino en libertad. Espero estemos juntos en ese momento final y podamos cruzar de la mano ese umbral que tanto me aterroriza. Tu hermosa sonrisa me asegura que nunca estaré sola, aunque el mundo se destruya y mil bombas atómicas caigan sobre nosotros. ¡Te amo, has sido lo más valioso que Dios y la vida me han dado! En estos momentos no puedo pensar en un cielo o un infierno en donde pasaré la eternidad. Deseo con toda mi alma que el paraíso sea esta tierra, este mismo universo y que tú y yo, Jean, al morir nos desintegremos en partículas que vaguen para siempre, sin crearnos ni destruirnos, únicamente transformándonos en algo más, algo hermoso.

Sascha, Matthias, todo el equipo de "Le Miroir", todo aquel que se identifique con nuestra causa de salvación y paz, puedo nombrarlos mis amigos. Sigan trabajando para hacer de nuestro mundo un lugar increíble. Juntos podemos demostrarle a esos mezquinos seres empeñados en aplastarnos que somos mayoría. ¡Luchemos hasta el último aliento!


Farfalla Samsa

Espejo Místico y lo que dejó una devastadora Guerra MundialDonde viven las historias. Descúbrelo ahora