15. La Llave en la Cerradura

11 1 0
                                    

Los meses posteriores a la lluvia eterna fueron un paraíso en la tierra. La paz mundial llegó a cada pueblo, lengua y nación. En Düsseldorf, Siegfried y Leonardo se acostumbraron muy pronto el uno al otro, a sus defectos, a sus cualidades y a sus manías. La suya era una comunicación en silencio: sin palabras podían darse a entender.

Los primeros días, Siegfried continuó yendo a su trabajo más como una obligación. Pronto, y gracias a la tarjeta patrocinada por Sisyphus Corp., el trabajo se volvió un lujo para los dos hombres. Podían pasar todo el día acostados en la misma cama, compartiendo la comida del mismo plato mientras leían el diario o un libro. Siegfried tocaba el violín o el shamisen de Sekai con todo su empeño, como si se encontrara ante la mejor audiencia. Al terminar, Leo siempre le concedía un aplauso estridente que llenaba a Siegfried de satisfacción.

El joven alemán disfrutaba hojear el cuaderno de la mariposa que Leo siempre llevaba consigo. Le contó los nombres e historias de todos esos personajes dibujados: mujeres españolas con las que había pasado una noche de amor; berlinesas que lo cautivaron con su belleza aria; su dicharachero hermano Gibrán de personalidad tan chabacana; Josette, la bailarina de ballet que le temía al compromiso; Adilah Fadel, una mora sensual y exquisita, esposa de Axel Byron, el hombre de negocios con la perfección corriendo por sus venas; Sascha Wruck, una chica suiza que le enseñó a Leo a hacer frente a sus problemas; Matthias Schneider, el tembloroso e inseguro asalariado que pudo conocerse a sí mismo... pero entre todos estos personajes incomprendidos, a Siegfried le sorprendió ver al Dragón Rojo, Kusanagi Yamato. Leo le contó que había sido de su vida, y Siegfried le reveló a éste su historia con Sekai.

Los dos hombres empezaban a conocerse mejor sin necesidad de palabras. Sentían una gran admiración y respeto el uno por el otro. Dormían en la enorme cama de Siegfried sin tocarse. Leo había hecho un pacto consigo mismo de conocer a los demás por el camino difícil. Eso implicaba descartar el sexo fácil y barato. Además, Siegfried von Himmeln tenía un gran afecto por Leo, pero no demostraba ningún tipo de acercamiento erótico.

Octubre y noviembre consistieron en paseos por las calles de Düsseldorf y mirar las nubes pasar, recostados en el césped de los parques. Leo olvidó revelarle su paradero a su hermano o a alguno de sus amigos, pero si lo que dijo su padre en su desconcertante carta era verdad, Axel y Yamato no deberían estar muy lejos de aquí. Leo no le había prestado el más mínimo pensamiento a la carta. Una noche le contó a Siegfried la historia de los cinco hermanos y éste dijo: "es raro, siento como si esa historia ya la conociera, desde hace mucho tiempo, en un sueño"...

La revelación acerca de la supuesta procedencia celestial de Leo y su familia le parecía increíble al violinista. ¿Para qué buscar el cielo cuando podemos estar juntos y disfrutar el paraíso en la tierra? En algo tuvo razón Adamo, esta paz mundial parecía demasiado buena para ser verdad. Algo siniestro se estaba incubando detrás de ese aparente estado de tranquilidad. Leo prefería no pensar en ello.

Además, otra cosa que le inquietaba era la supuesta Cerradura que su padre mencionó en la carta: "puede ser una persona, pero también puede ser un lugar, un libro, un animal, cualquier cosa... Tú eres la Llave y la Cerradura está en ti, es parte de tu ser. Para encontrarla debes encontrarte a ti mismo primero...."

"El día que llegué a esta ciudad pude encontrarme a mí mismo y mi vida cambió... ¿acaso Siegfried será esta especie de Cerradura a la que se refería Adamo?" - se preguntaba Leonardo.

Estos enigmas se esfumaban cuando Siegfried llegaba del trabajo y empezaba a tocar el violín si notaba que a Leo le preocupaba algo. La felicidad era algo cotidiano entre ellos. Una noche, Siegfried le pidió a Leonardo, después de contemplar el cuaderno de la mariposa por enésima vez: "Leo, dibújame".

Espejo Místico y lo que dejó una devastadora Guerra MundialDonde viven las historias. Descúbrelo ahora