Carta No. 5

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30 de junio

Gibrán:

¡Gracias por tu carta! Sabes que cada día pienso en mi hermano menor y le mando mis mejores deseos. Debo aconsejarte, como tu hermano mayor que soy, que cada día tomes decisiones que te acerquen a la felicidad. Si estudiar en un seminario es lo que consideras tu vocación y a lo que has venido a este mundo, tienes todo mi apoyo.

Sé que deseas servir a los demás y estás preocupado por tus semejantes. Está en tu naturaleza noble y buena. Sólo recuerda que ayudar al prójimo lo puedes hacer con o sin una sotana. Las mejores palabras en la Biblia y los libros sagrados no fueron pronunciadas desde un púlpito, más bien en el contacto diario con la gente: puedes ser el mejor ingeniero, abogado, dentista, pintor, maestro, mesero... en lo que te propongas puedes dejar una huella indeleble si lo haces al 100 %. Nuestros esfuerzos, pequeños como el aleteo de una mariposa, mueven una energía cósmica a nuestro alrededor que puede convertirse en un ciclón en otra parte del mundo. 

Lo he visto en la gente que he conocido desde que salí de Florencia: una buena palabra de consuelo, un gesto de perdón, una mano solidaria, todo influye en las otras personas, que se ven motivadas a luchar o desistir según sea el caso. Me he encontrado con personas maravillosas en mi viaje, espero pronto presentártelas aunque sea en dibujos. Josette (la francesita, como tú la llamas) te manda un beso y desea conocerte. Ella es muy feliz al lado de un hombre. ¡Parece que ya no formará parte de la familia, lástima!

Hermano, recuerda que la vida es demasiado corta, demasiado terrible y demasiado bella para gastarla censurándote a ti mismo. Desde la última vez que nos vimos hemos crecido y madurado tanto que cuando nos volvamos a ver a duras penas podremos reconocernos. Cada día aprendemos algo nuevo de nosotros mismos, que estaba allí desde siempre y no nos atrevimos a mirar, como el lado oscuro de la luna.

Así que el único y el mejor consejo para ti, hermano, es: ¡Vive, eres joven!... explora cada fibra de tu ser, cada instante, cada sensación. La belleza de este mundo es lo único que vale la pena.

¡Que en tu camino todos vean el lado positivo y luminoso que irradias, ayuda suficiente en esta vida para que recibas todos esos beneficios aquí y en la próxima existencia!

Te  quiere

  Leonardo da Specchio

Espejo Místico y lo que dejó una devastadora Guerra MundialDonde viven las historias. Descúbrelo ahora