9.

693 96 149
                                    

—¿Qué sentiste?

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—¿Qué sentiste?

Mi corazón comenzó a latir muy rápido y mi temperatura corporal aumentó. Estaba un paso más cerca de saber la verdad.

—Cada persona tiene una marca energética en relación con sus poderes. Es única, como una huella dactilar. El día en el que Alex murió, vi dos marcas. Una desconocida y la otra de Laura.

«Otra vez esa mujer.»

—¿Cómo funciona eso de ver las marcas?

—Puedo verlas como otras personas ven el aura. Sabes que cuando vemos algo de determinado color, es porque el objeto absorbe todos los colores y refleja el color que es. Pues, el alma hace lo mismo, absorbe todos los colores y refleja uno que represente el poder y la personalidad —. Asentí —. Tu marca es cálida y roja —sonreí —. La de Alex era de un color plateado, casi transparente. El día que murió era verde.

—¿Y qué significa? —pregunté mientras me sentaba en el sillón que antes fue ocupado por él.

—Cuando vi el color tuve dos teorías. La más lógica para mí, era que como había muerto, su color cambió.

—¿Por qué?

—Normalmente, los cuerpos son enterrados, ¿no? —Asentí—. Como devolviéndose a la madre naturaleza. El color verde está relacionado con ella; entonces, creí que por eso había cambiado.

—¿Y no investigaste?

—Sí, pero no encontré nada. Ningún libro habla sobre las marcas luego de la muerte.

Comencé a repasar en mi mente todo lo que descubrí hasta ese momento y mi teoría se volvía cada vez más sólida.

Laura quería a Alfonso y él la mandó a la mierda al conocer a mi madre. Luego desapareció y días después de nuestro nacimiento, mi hermano murió. Estaba casi segura de que ella se lo llevó lejos de nosotros. Como en mi sueño.

—¿Cómo era la marca de Laura?

—Gris, muy oscuro.

—Scott. Hace unas semanas tuve un... —dudé —sueño —. Me callé y él no habló. Esperó en silencio a que tuviera el valor para seguir —. Sobre la muerte de Alex —lo miré —. Creo que podría estar vivo.

Abrió su boca por el asombro y caminó hasta llegar a mí. Se agachó para estar a mi altura y me pidió que le diera más detalles. Le conté todo lo que vi y sentí. Cuando llegué al final del sueño, una lágrima se me escapó. Scott me abrazó y derramé más lágrimas.

—Hay muchas probabilidades de que Laura haya secuestrado a mi hermano —dije cuando aún estábamos abrazados.

Me separó de él y secó mis lágrimas.

—Tranquila, Bell. Te ayudaré en lo que necesites —. Le sonreí y agradecí —. Vayamos a la cocina a robarle comida a tu novio.

Me paré del sillón y me encaminé a la salida. Antes de irnos, le pedí que todo lo que le conté se mantuviera en secreto. Él aceptó sin problemas y quité el hechizo de la biblioteca. De camino a la cocina, me invitó a ir a la academia para despejar mi mente. Acepté ya que no tenía nada para hacer ese día.

El reinado del DragónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora