El traslado de mis padres ocurriría dentro de dos días. Teníamos poco tiempo para trazar un plan. Antes de regresar al castillo, con Sabrina hicimos los exámenes. Más tarde llegó la policía para buscar pistas. Scott los acompañó a las habitaciones mientras uno de los guardias se quedaba en la puerta esperando al equipo de limpieza. Sabrina se encargaría de avisar a su madre sobre la situación de Alfonso y lo que había decidido. Esperaba que tuviera alguna idea para formar el plan antes de encontrarnos esa misma tarde.
Una hora después de haber regresado a mi casa, Jessica tocó el timbre. Miré a través de la mirilla y la vi con el rostro empapado en lágrimas. Se suponía que estaba en el hotel con Verónica y el resto de los empleados. Estuve tentada a no abrirle la puerta, pero sería sospechoso, así que me comporté como siempre lo había hecho con ella. Cuando X se fue a la habitación, abrí la puerta.
—¿Puedo pasar?
—Claro, tía —dije con toda la amabilidad que pude fingir y la dejé entrar a la sala —. ¿Qué pasó? ¿Estás bien?
—Necesitamos hablar —respondió mientras me miraba recoger los documentos que estaba leyendo —. Tengo muchas cosas que contarte.
—Ya vuelvo —. Fui a la biblioteca a dejar los documentos en el cajón con llave y volví a la sala en menos de un minuto —. ¿Alguien más enfermó? —pregunté mientras me sentaba en el lugar que estaba antes.
—No, pero tengo información sobre lo de ayer —respondió mientras seguía de pie delante de mí.
—¿Sabes quién lo hizo?
La vi retorcer sus dedos con la mirada en el suelo. No era nada bueno. Aproveché que su mirada estaba en otro lado para activar la grabadora de voz de mi celular.
—Yo lo organicé.
No esperaba una confesión de tal magnitud.
—¿Qué dices?
—Intenté matar a Alfonso, pero se salió de control.
—Mírame a los ojos y explícate ahora mismo.
Soné más enojada de lo que intentaba aparentar, pero eso era bueno. Quería que ella pensara que estaba molesta por su intento de homicidio y al mismo tiempo quería ocultar el alivio que sentía al saber que yo no era el foco de los ataques. Sin embargo, todo el alivio se evaporó cuando recordé a mi madre inconsciente.
—Alfonso es quien ha intentado matarte todo este tiempo. Laura nunca estuvo involucrada en eso.
Abrí mis ojos, fingiendo sorpresa. Mientras tanto, llegué a dos conclusiones: mi alianza con Laura seguía siendo un secreto y nadie sabía que conocía la verdad sobre mi familia.
—¿Y en qué te basas para decirme esto?
—Porque tu padre me obligó a ayudarle. Enfermó a mi pequeña para que trabajase con él. ¿Entiendes que usó a mi hija para manipularme? —Me quedé en silencio esperando a que siguiera —. Estaba harta de él, así que intenté matarlo, pero se salió de control.
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El reinado del Dragón
FantasíaEsta no es la historia de una damisela en apuros. Esta es una historia de una princesa que se enfrentó a muchas personas con tal de obtener lo que deseaba y lo que era suyo por nacimiento. Esta es la historia de una hermana, a la cual le arrebataro...