—¡¿Dónde mierda están los bomberos?! —grité.
—Su majestad —dijo Beth, la jefa de los empleados de limpieza —. Están ocupados extinguiendo algunos incendios en el pueblo.
Eso fue suficiente para hacerme entender que el incendio no fue un accidente. Los incendios del pueblo eran una distracción para evitar el más importante.
—¿Cuántos incendios hay en este momento?
—Tres.
—¿Dónde?
—En la academia del príncipe Scott, en la comisaría y en la clínica.
Habían incendiado lugares que formaban parte del proyecto.—Nosotros extinguiremos el fuego de aquí. Todos presten atención. ¿Quién aquí puede controlar el aire? —Tres manos se levantaron —. ¿Quién tiene poderes sanadores? —Dos chicas de mi edad —. ¿Alguien controla el agua? —Nadie —. ¿Alguien controla el fuego? —Josh, el jardinero, levantó su mano —. ¿Alguien tiene superfuerza? —Otra vez nadie levantó la mano —. Esto es lo que haremos. Nos dividiremos en grupos. Yo abriré las puertas de las habitaciones de mi familia. Cada sanador entrará en una habitación y revisará a las personas que estén dentro. Josh, usted verá en cada habitación dónde está ubicado el fuego. Si alguien está siendo quemado, usted deberá mover el fuego lejos de esa persona. Yo lo ayudaré en cuanto todas las puertas estén abiertas. Los que controlan el aire se encargaran de sacar el humo por las ventanas. ¿Entendieron?
—Sí.
—¿Dónde está Grace? —pregunté.
—Debe estar en su casa —respondió Beth.
—Sabrina, ve a buscarla, dile que el castillo se incendia. La necesito aquí.
La domadora acató mi orden y salió corriendo.
—Ustedes dos —. Señalé a dos meseros que estaban cerca —. Vayan al portón y esperen a los bomberos. Díganles lo que estoy haciendo.
—¡Mi niña! —gritó Grace —. ¿Estás bien? ¿Qué pasó? ¿Qué necesitas?
—Estoy bien, nana. Necesito que entres conmigo al castillo. Mi familia está atrapada y entraremos para sacarlos. Quiero que estés con nosotros por si algo sale mal. Si alguien se lastima o alguien nos ataca, retrocede el tiempo para avisarnos. ¿Entendiste?
Ella asintió.
Busqué a Sabrina y la encontré al lado de Chimuelo.
—Necesito que ustedes me ayuden. Chimuelo, vuela sobre el castillo y revisa que nadie esté escapando. En el caso de que necesite algo, te avisaré y tú le avisarás a Sabrina, así ella podrá avisarle a los demás —dije en voz alta para que ella también pudiera oírme.
—De acuerdo —respondieron.
Me acerqué a Sabrina para susurrar una orden:
—Llama a Laura y dile que esté lista junto a Alex. Puede que necesite su ayuda.
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El reinado del Dragón
FantasyEsta no es la historia de una damisela en apuros. Esta es una historia de una princesa que se enfrentó a muchas personas con tal de obtener lo que deseaba y lo que era suyo por nacimiento. Esta es la historia de una hermana, a la cual le arrebataro...