Marvel (DC): Lucifer

XXXIII

"¿Ya le dijiste a Arturia que la ves como tu hija?... ¡Sammy! ¿Cuánto más vas a tratar de evitarlo?"

Las recriminatorias palabras de Muerte resonaron en su cabeza mientras que se encontraba descansando cómodamente sobre el escamoso cuerpo de Leviathan, su codo derecho sirvió como apoyo para acostarse de lado a su vez que tenía una de sus piernas (la izquierda) flexionada, y contemplaba el hermoso paisaje que el amanecer tenía que ofrecerle; los rayos del sol se reflejaron contra el mar, dando un bello efecto a la escena. A su costado izquierdo, la enorme cabeza del Leviatán se encontraba descansando, sumergida hasta cierto punto, en el agua salada.

Los enormes párpados de la serpiente tortuosa se encontraba cerrados al igual que, podía escuchar, la suave respiración que salía de sus fosas nasales. En su costado derecho, "Arti" descanso sobre el enorme cuerpo escamoso de Leviatán en una posición seiza, su espalda estaba adecuadamente recta y sus dos manos descansa sobre sus muslos escondidos por la falda azulada de combate.

La luz del sol pegó contra el rubio cabello sedoso de su adorable hija, reflejandose y volviendo más brillos de lo que ya era, y los iris verdosos vieron fijamente el paisaje que se encontraba delante de ellos.

Un silencioso suspiro escapó de su boca antes de que se cambiaría de posición y se sentará con las piernas cruzadas. Su mirada se centró sobre cierto punto de interés, en la lejanía, camuflajeado por la luminosidad del sol, se encontraba en reposo aquello que Odin describió como
"un barco más avanzado que cualquiera diseñado por el ser humano hasta este tiempo".

El Helicarrier flotaban sobre el mar, sumergido mayormente sobre el agua salada, con varios jets estacionados en la cubierta. Habían arribado cerca del portaaviones hace varias horas, estando en la lejanía para no ser detectados por los radares de este, sin embargo, el no miraba realmente el Helicarrier de Shield sino que se encontraba perdido en sus pensamientos.

Para el, no era nada fácil abrirse por primera vez sentimentalmente hacia otra persona y hablar de sus sentimientos; en cuyo caso, al intentar, tendía a trabarse y desviar el tema. Con Muerte tardó varios años en decirle que le gustaba de forma genuina, principalmente, su vacilación se debía a la reputación de Don Juan que tenía milenios atrás; en cada planeta del joven universo que visitaba, no había mujer con la que no haya tenido sexo.

Aunque...

Entrecerro sus párpados, sintiendo la determinación fluir por su cuerpo, a su vez que enderezaba su espalda. Giro su cuerpo(a la derecha) en dirección de su chaparra hija, en consecuencia, Arturia apartó su mirada del paisaje y la centro sobre su persona. Los iris verdosos lo observaron en silencio con expectante curiosidad filtrandose mientras extendía su mano derecha hacia ella.

--- Dame tu mano, Arturia---

... Cuando se confeso a Muerte, el decidido mandar todo al carajo para posteriormente depositarle un gran y apasionado beso. ¡Por lo que haría lo mismo y no vacilara!....

...¡En dar el primer paso para que ella realmente sea su hija!

Arturia ladeo, adorablemente, la cabeza con un semblante ligeramente confuso presente en su rostro. No obstante, ella depósito su mano izquierda, sin ninguna vacilación, encima de la suya. Envolvió su mano (derecha) alrededor de la mano mucho más pequeña de Arturia antes de mirar fijamente sus iris verdosos.

--- ¿Confías en mi, Arturia?---

--- Por supuesto--- Instantánea. Así fue la velocidad con la que ella respondio, no hubo validación ni mentira en su tono de voz o lenguaje corporal, Arturia lo decía desde el fondo de su inocente corazón.