Marvel (DC): Lucifer

XXIII

Sus manos se clavaron en la nieve del suelo, extrayendo una gran cantidad, antes de situarla sobre una esfera hecha de nieve y moldearla para que tomará una apariencia agradable a la vista. Sus oídos captaron en la lejanía el sonido de gritos/voces alegres así como el sonido de las bolas de nieve impactar contra el cuerpo.

Esta sería la primera vez que aprecian la nieve caer sobre la ciudad que nunca duerme desde que llegaron y también sería la primera vez que Arturia vería la nieve por su propia cuenta, a su mente llegó la imagen de una Saber sonriendo mientras veía por la ventana del balcón la nieve caer e incoscientmente sonrio ante el recuerdo. Por lo que había decidió sacar a sus fieles acompañantes con el fin de que ellas disfrutaran de este maravilloso día nevado, durante el camino su amada se había unido a ellos; lo que hizo que el humor de Leviathan de amargara.

Se alejó de lo que estaba haciendo para poder apreciar de mejor manera como es que estaba quedando, en el proceso vio como es que Leviatan se encontraba recolectando más nieve y a su amada en proceso de alisar la esfera de nieve que estaba arriba de la suya. Asintió con la cabeza en ligera aprobación aunque esta se vio detenida cuando miro la cabeza del muñeco de nieve(hecha por Arturia) que estaban creando en estos instantes.

La cabeza estaba toda deformada, no había ninguna forma de una esfera, es como si hubiera nacido con alguna clase de deformación. Miro por encima de su hombro(izquierdo) pudiendo observar el rastro de muñecos de nieve deformados atrás, este sería el quinto muñeco que harían por petición de Arturia; gracias a su actitud competitiva.

--- Bueno... es mejor que los anteriores de eso no hay duda--- Tampoco es que se le pudiera culpar, ella jamás había tenido alguna experiencia haciendo muñecos de nieve... aunque el tampoco. No lo mal entiendan, en su vida pasada si disfruto de la nieve pero jamás realizó algún tipo de muñeco de nieve u guerra de bolas de nieve... y aún así hizo un mejor trabajo a comparación de Arturia... hmm.

--- ¡Listo!--- Dirigió su atención hacia su amada ante su exclamación, observando como es que tenía una sonrisa así como un vestuario que consistía en un gorro de invierno en su cabeza, una sudadera de color negro junto con unas mallas y botas altas, haciéndola mas hermosa de lo que era. Mantuvo un rostro sereno cuando dirigió nuevamente su vista al muñeco de nieve, pudiendo ver como tenía el sombrero que regularmente utilizaba la Eterno así como unos palos pegados a los costados que harían de unos brazos (cortesía de Leviathan).

Enfocó su atención sobre Arturia para poder saber cuál es su reaccion, viendo como es que ella sonreía satisfecha con sus brazos cruzados sobre su pecho así como veía el vestuario de ella, que consistía en un vestido negro con una mallas y botas altas del mismo color junto con una cazadora de un color más claro.

--- ¡Mira mami un muy feo muñeco de nieve!--- Contuvo las ganas de golpear hasta que estuviera en las puertas de la muerte cuando se giro (atrás suya) y enfrentó al estúpido niño que había dicho eso; notando como es que el niño se encontraba tomado de la mano de una mujer(su madre) con vestimenta para el invierno mientras señala con su dedo índice(derecho) al "feo" muñeco de nieve.

--- No seas mal educado, Eddie---

--- P-Pero esta muy feo--- Giro su cabeza (a la derecha) en dirección de Arturia, observando como es que ella tenia su ahoge caído y un semblante monótono, sin embargo, sabía que detrás de aquel semblante ella estaba afectada por el comentario. Detuvo casi al instante sus pasos cuando se disponía a "educar" al estúpido niño al ver como Leviatán pasaba a su lado(izquierdo) con su mano(derecha) encima de su boca y una sonrisa falsa.

--- Fufufu~ Pero que niño tan mal educado, no sería lo correcto enseñarle un poco de modales--- Sintio como es que de Leviathan comenzaba a emanar atisbos de poder, volviendo el ambiente espeso, pudo observar como es que el niño junto con su madre comenzaron a retroceder del monstruo marino. Miro esta situación con ligeras señales de sorpresa, no había llegado a saber que había un gran cariño entre Arturia y el demonio; sabiendo que en un principio ambas se molestaba u hacían de menos a la otra.