Lecciones

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Había una multitud bloqueando la salida de la preparatoria. Un montón de estudiantes mirando anonadados la misteriosa limusina.

–Dejen pasar– empujaba Reki a su compañeros.

–¿Por qué hay tanta gente?– preguntó Langa.

–No lo sé– respondió –Pero por su culpa se nos hará tarde para ir con Adam– lograron salir.

–Señor Reki, señor Langa– los miró Tadashi –Al fin aparecen– les abrió una de las puertas –Por favor, apresúrense–.

Los estudiantes los vieron sorprendidos.

–Ok, esto explica todo– murmuró Reki mirando el vehículo.

Ambos obedecieron y entraron.

–¿A la próxima no podrías ser más discreto, Tadashi?– preguntó.

–Una disculpa por el inconveniente. No se repetirá– contestó –Señor Langa ¿Quieres que lo deje en Dope Sketch?–.

–No, acompañaré a Reki–.

El conductor arqueó una ceja –Pero el señor Kojiro dijo que...

–Si Joe no se entera sería algo asombroso– dijo el pelirrojo con una sonrisa nerviosa.

Tadashi rio –¿Tiene miedo de estar con Ainosuke a solas?–.

–Es aterrador– le dio un escalofrío –No entiendo cómo te gusta–.

–Yo tampoco entiendo varias cosas– se encogió de hombros –Como por que ustedes aún no son pareja– les lanzó una mirada burlona.

Ambos se sonrojaron.

–Somos amigos– murmuró Langa –Por cierto ¿Allá podemos comer?–.

–Cuando lleguemos, le diré al cocinero que le prepare algo–.

–Genial– sonrió.

Se estacionaron frente a la mansión. Reki abrió los ojos como platos al notar la enormidad del lugar. Langa ya había ido con anterioridad, pero aún no se terminaba de acostumbrar del todo.

–Señor Reki– le susurró Tadashi –La familia del señor Ainosuke es muy estricta. Si rompe algo está muerto.

–Oh, no te preocupes. Soy muy cuidadoso– se tropezó con sus agujetas desabrochadas.

El mayor lo miró preocupado –Señor Langa– miró al peli celeste.

–Yo lo cuido– lo ayudó a levantarse.

El menor rio nervioso. Se dirigieron hacia la oficina de Adam.

Tocaron.

–Adelante– habló el hombre desde el interior.

El trío obedeció y se posicionaron frente su escritorio.

–Snow– sonrió al ver a Langa –Pero que sorpresa– se acercó a él.

–Tengo hambre– respondió este,

–Tadashi– chasqueó los dedos –Traele comida– ordenó e hizo una pausa –Por favor–.

–Lo que usted diga, amo–le sonrió y se retiró.

–Entonces, Reki– le lanzó una fría mirada al pelirrojo -Inglés–.

–No soy fan de los idiomas– se rascó la nuca.

–Sabe hablarlo, solo le da pena, estoy seguro– dijo Langa.

Más allá del infinitoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora