Preparativos

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–¿Hiciste los ejercicios que te encargué?– preguntó Adam.

–Sí– bufó Reki –Pero siendo honesto no creo que encargarme más tarea de la que ya tengo me motive mucho a aprender–.

–Te quejas demasiado– giró los ojos –Ahora entiendo por que tu maestro no te aguanta–.

–Reki, solo piensa que cuando puedas ponerte al día al fin podremos volver a S– dijo Langa.

–Tú puedes ir a S– lo miró su mejor amigo –Enserio no es necesario que te sacrifiques por mí–.

–Pero no sería lo mismo sin ti– le sonrió.

–Dios santo, son como unos Kaoru y Kojiro más jóvenes– se frotó el peliazul las sienes y suspiró –Oigan– cambió su semblante a uno más relajado –¿Por qué no hacemos una dinámica?– propuso.

–¿Cómo?– arqueó el pelirrojo una ceja.

–Sería como un juego de rol–.

–Me gustan los juegos– habló el canadiense.

–¡Genial!– juntó sus manos –En ese caso, yo seré un hombre rico. Y ustedes serán... sus madrinas– se mordió el labio –Y la situación será que ustedes quieren comprometerme con una mujer. Pero la situación es que soy gay. Por cierto, son mujeres enserio conservadoras, así que deben meterse muy bien en su papel–.

–¿No estás siendo muy específico?– dijo Reki.

–¿Te molesta?– le lanzó una mirada asesina.

–No– masculló.

–Eso pensé– se acomodó la corbata.

Langa levantó la mano –¿Debe ser en inglés?–.

–No es necesario, estamos en un receso–.

–¿Entonces mejor podemos practicar skate?– sonrió el menor en la habitación.

–Estoy a nada de echarte de mi casa, third wheel– lo miró fijamente.

–Ya me callo– se hizo chiquito.

Adam gruñó.

–De acuerdo– suspiró –Tías... Quiero decir, madrinas– corrigió con rapidez –Yo enserio agradezco lo que han hecho por mí durantes todos estos años. Desde que mi padre falleció, sé que ustedes solo han querido lo mejor para mí. Pero he llegado a una edad en la que puedo tomar mis propias decisiones y– tragó saliva –No quiero casarme, o al menos con la chica que encontraron para mí. No me malentiendan es asombrosa y todo eso, pero... ¿¡Están jugando!?– gritó a los menores, quienes parecían mantener una lucha de pulgares.

–Oh, perdón– soltó Langa –Es que estabas tardando mucho– lo miró.

–Ugh, carajo ¡Soy gay! ¿De acuerdo? Y si tengo que casarme con alguien quiero que esa persona sea Tadashi– cubrió su boca después de decir su nombre.

Se dejó caer sobre su silla

Los adolescentes intercambiaron miradas y asintieron.

–Adam– murmuró Reki –¿Todo está bien?–.

–Sí– mintió.

–Oh vamos, puedes ser honesto con nosotros. Esto no era un juego ¿Cierto?– posó su mano sobre su hombro.

Los ojos del mayor se cristalizaron.

–Soy gay– susurró.

–Lo sabemos– respondió.

Más allá del infinitoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora