Un Beso Tierno

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–¡Reki!– corría Miya por la calle –¡Reki!–.

–¿Langa?– se asomó Nanaka por la puerta de su casa.

–No es Langa, solo el chico gato– gruñó Koyomi –¡HERMANO!– gritó –El presumido te busca–.

El pelirrojo salió de su habitación –Ya te he dicho mil veces que respetes a mis amigos– la miró –¿Ya le abriste al menos?–.

–No– se cruzó de brazos.

–¿Se podría saber por qué?– la imitó.

–¡No me agrada! Se dirige a mi como "hermana del slime", me saca la lengua y prefieres pasar tiempo con él que conmigo–.

–No seas celosa– le sacudió su cabello.

–No es eso– frunció el ceño –Es solo que siempre me dices que soy muy pequeña para aprender skate y él y yo tenemos la misma edad–.

–Sí, pero Miya lo practica desde que estaba en pañales. Es un profesional–.

–¡Yo podría llegar a serlo si me ayudaras!–.

–Hablamos luego– fue a abrir la puerta.

–¡Al fin!– entró el de ojos verdes –Tengo algo que contarte– lo jaló a la habitación del mayor.

–Wow, tranquilo– rio Reki –¿Qué pasa?–.

–Shadow y Oka, tenías razón–.

–¿¡QUÉ!? ¿De verdad?–.

–Creí que había olvidado mi mochila en la tienda, así que fui a recogerla. Y cuando entré vi a Shadow ya listo para S y a Oka con lápiz labial morado embarrado en sus labios–.

–¿Enserio? Más te vale que esto no sea broma–.

–¡Lo juro por todos los gatos del mundo!–.

–Entonces no estás mintiendo– le brillaron los ojos –Debo decirle a Langa– sacó su celular.

–¿Por qué le debes contar todo?–.

–Por que, uno, es mi mejor amigo y dos, técnicamente esta es nuestra investigación–.

–Tres, te gusta tanto que no puedes aguantar estar cinco minutos lejos de él–.

–Cállate– le estiró sus mejillas –O el día que a ti te guste alguien no te dejaré de molestar–.

–Sí, sí , lo que sea– giró los ojos –Al menos sé que si eso llega a pasar no seré tan patético como tú– se zafó.

–No soy patético–.

–¿Ah no? Préstame tu celular– le tendió la mano.

–¿Para qué?–.

–Para ver sus conversaciones–.

–¿Qué? No, eso es privado– hizo un puchero.

–Pues ahora será un privado de tres– le arrebató el celular y se puso a revisarlo –Oh, dios santo– se carcajeó –¿Esta nube me recordó a ti? ¿Enserio fue lo mejor que se te ocurrió?–.

–¡La nube tenía forma del dibujo bajo su skate!– se defendió.

–Ya mejor dile "Oh, Langa, eres tan guapo. El otro día soñé que era Cenicienta y tú mi príncipe azul. Por favor, casémonos ya"– lo imitó.

–DAME ESO– le arrebató el aparato –Langa viene para acá y más te vale comportarte– hizo una pausa –Dios, ya te hablo como a Koyomi. Podría decirse que ya eres otro de mis hermanos– bromeó.

Más allá del infinitoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora