Su cabeza dolía como el carajo. Se levantó con lentitud y miró a su alrededor. Reconoció el cuarto de Reki casi al instante. De repente, todos los recuerdos de la noche anterior llegaron a su mente.
Sus mejillas se pusieron coloradas y sintió cómo su cuerpo se calentaba.
–¿Pero qué mierda hice?– hundió su rostro sobre la almohada.
–Lo que debías– escuchó a Koyomi.
El menor se sobresaltó y la miró –¿Por qué siempre apareces de la nada?
–¿Y tú por qué siempre debes ser tan ruidoso?– giró los ojos. Hizo una pausa –¿Cómo te sientes?
–La cabeza me duele– se sobó.
–Toma esto– le acercó un jugo –También te hice un omelette para que desayunes– se sentó en la cama.
–¿Dónde está Reki?– preguntó de repente.
–En la escuela– respondió mientras tomaba su temperatura.
–¡Ey!– apartó su mano –¿Qué tienes? Estás muy cursi– hizo una mueca.
–¡Pues perdóname por preocuparme por mi mejor amigo!– gritó sonrojada –Me asustaste. Por más que te sacudía no despertabas. Creí que mi hermanos te había matado de la tristeza.
Pudo notar que los ojos de la chica se estaban humedeciendo.
–Lo siento– murmuró –Es lindo saber que me quieres– le dio un ligero golpe con el codo.
–Cierra la boca– hizo un puchero.
–Que lástima, yo estaba a punto de contarte todo el chisme– le lanzó una mirada burlona.
Koyomi lo miró de reojo –De acuerdo, Chinen, tienes mi atención.
–Pues me rechazaron.
–¿¡ESE ES TU CHISME!? Pero si es obvio– se cruzó de brazos.
–Tu hermano fue un completo asco– rio –Entró en pánico y no sabía que hacer ni decir– contó –Fue algo tierno– suspiró –Pero bueno, supongo que sería raro salir con él de todos modos.
–¿¡Estás de acuerdo!? Que alivio, creí que iba a tener que fingir que él se lo perdía y que hubieran hecho una hermosa pareja juntos.
–Que encantadora– bufó.
–Así me quieres– se recostó –¿Tú estás bien?
–Me siento mucho más ligero– confesó.
–Me alegra escucharlo– suspiró –Créeme, Chinen, hay alguien allá afuera que es justo para ti– le sonrió.
–Aww, Koyomi, no tenía idea de que te sentías así por mí– jugó.
–¡No hablo de mí, idiota!– le lanzó su almohada.
Este rio y la abrazó.
–También eres mi mejor amiga.
–Reki, relájate– lo tomó Langa por los hombros –Has estado temblando toda la mañana.
–Rechacé a Miya– murmuró.
–Sí, lo hiciste– le recordó por tercera vez ese día.
–¿Qué haré si ya no me quiere bien? No, ese no es el punto ¿¡Por qué le gusto!? No tengo nada bueno que ofrecer– se jaló ligeramente los cabellos.
–¡Claro que no!– frunció el ceño –Eres el chico más asombroso que he conocido ¡Idiota sería el que no se enamorara de ti!
No cayó en cuenta de lo que había dicho hasta unos segundos después. Las mejillas de ambos se pintaron de un color rojo intenso.
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Más allá del infinito
FanfictionDespués la épica carrera entre Snow y Adam, la pandilla sigue unida para más. Pero hay una pregunta que incomoda a todos ¿Qué carajos hay entre Reki y Langa? "Deseo que todo siga igual" "Deseo a alguien que me valoré" "Deseo que siempre estemos jun...