Nuevo Semestre, Nuevo Desastre

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–Mister Kyan– gruñó el maestro al verlo.

–Profesor Nakamura– bufó el pelirrojo –Gusto en volver a verlo– forzó una sonrisa.

–Buenos días, profesor– habló Langa.
Hasegawa– le sonrió –¿Qué tal pasó sus vacaciones? Escuché que visitó Canadá durante este receso–.

–Así fue, de hecho Reki me acompañó– abrazó a su amigo por los hombros.

–Oh, ya veo– hizo una mueca –Es un placer tenerlo como estudiante otro semestre– estrechó su mano.

Después del incómodo reencuentro. Los estudiantes empezaron a tomar sus asientos alrededor del aula. Como siempre, los mejores amigos se sentaron en el fondo para poder seguir bromeando y charlando tranquilos durante las clases.

Sin embargo, Reki no pudo evitar ponerse tenso al notar que Akane estaría nuevamente en su clase. Su experiencia con la chica aún le resultaba desagradable. Más aún tomando en cuenta que nunca se disculpó por lo que le hizo.                   

Maldijo para sus adentros cuando la chica tomó el asiento a su lado.

–Ey ¿Qué tal?– saludó nerviosa.

–Hola– gruñó el chico como respuesta.

–¿Te divertiste en tus vacaciones?– intentó hacer plática.

–Fueron lindas– buscó ser lo más cortante posible.

–¿Qué tal el skateboard?–.

–Oye, mira, no quiero ser grosero. Sigo muy molesto por lo que pasó y sinceramente no me interesa tener una amistad contigo– la miró.

–Reki, yo…

–Su atención, por favor– interrumpió el maestro –Les explicaré su primera tarea–.

El salón se llenó de murmullos. No podían creer que no llevaban ni tres minutos de clases y ya los estaban fastidiando con esas cosas.

–Jóvenes, por favor cálmense– gruñó el adulto –No es nada muy complicado y debo cumplir con el programa– se frotó las sienes –Paternidad, es algo importante que los jóvenes se toman muy a la ligera estos últimos años–.

–Eso es por que la tasa de natalidad en japón es extremadamente baja– susurró Akane.

–Ugh, no otra vez el proyecto del huevo– soltó Langa.

–¿Proyecto del huevo?– lo miró Reki.

–Tenemos que cuidar un huevo como si fuera nuestro hijo. Lo hice en secundaria– bufó.

–Oh ¿Y cómo te fue?–.

Al mayor se le cristalizaron los ojos –Lo tenía a lado del cartón de huevos y lo hice omelette por accidente ¡Soy un padre terrible!–.

El pelirrojo ahogó una risa. Enserio le encantaba lo adorable que era Langa.

–Reki, Akane, serán pareja– anunció.

–¿¡Qué!?– gritaron los mencionados al unísono.

–Quiero el divorcio– soltó el chico.

–No empiece con sus tonterías, joven Kyan– le lanzó el profesor una mirada asesina –Langa, tú irás con Megumi–.

–Espere, profesor Nakamura– levantó Akane la mano –Yo no puedo estar con Reki, nuestro pobre hijo viviría en un hogar disfuncional–.

Más allá del infinitoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora