Di que Sí

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Apenas era el tercer día en que Reki no le daba respuesta a Langa sobre su confesión. Días que el peli celeste había sentido como meses. Y aunque intentó sacar el tema varias veces, su mejor amigo se encargaba de cambiarlo al instante.

Sin embargo, ese día se había decidido a obtener una respuesta; costara lo que costara.

–¿A dónde quieres ir?– le preguntó Reki.

–Un lugar que Tadashi me recomendó– respondió con una imborrable sonrisa.

Hace mucho tiempo le había querido preguntar sobre tan curioso lugar. Ahora no solo iría, si no que tal vez concretaría algo con el chico que lo tenía loco.

–Te ves demasiado emocionado– dijo con un ceja levantada –Algo raro en ti, pero supongo que me agrada– rio.

El mayor lo imitó y sacó su celular.

–Ya vamos a llegar– mencionó –Reki, cierra los ojos. No vayas a hacer trampa.

–De acuerdo– obedeció –Pero sabes que soy bastante impaciente.

–Si no haces trampa no tardará.

–De acuerdo, pero no me hagas chocar. En estos momentos estoy confiando ciegamente en ti.

–Tú tranquilo– lo sostuvo por los hombros y comenzó a guiarlo

Noto que entraron a un edificio apenas sintió el fresco aire de un clima. Subieron a un elevador que tardó unos 5 segundos en llevarlos al piso indicado. El pelirrojo intentaba adivinar de qué lugar se trataba. Si se trataba de un edificio con varios pisos, podía tratarse de uno de oficinas; aunque esto no era algo que relacionaría con su mejor amigo. De hecho, sospechaba de un restaurante, pero aún no recibía ningún olor a comida.

Entraron a una nueva habitación. El peli celeste lo sentó sobre una superficie suave. Se sentía como una cama.

–Ok, ya puedes abrirlos– hablo.

El menor obedeció y palideció apenas se dio cuenta de lo que se trataba.

Paredes rosadas, una enorme cama redonda, aromas exóticos, objetos extraños en las paredes y luces bastante tenues.

No cabía duda, estaban un 'Love Hotel'

–Langa– masculló –¿Qué hacemos aquí?

–¿No te gusta?– preguntó preocupado –Tadashi me dijo que este era el mejor. Incluso me prestó su tarjeta de socio– se la enseñó.

–¿¡Qué!?– gritó –Emm, Langa ¿Entiendes en dónde estamos?– lo tomó por los hombros.

–¿En un hotel romántico?– se sentó a su lado.

Se hizo un silencio de unos pocos segundos; el cual se vio interrumpido por una carcajada que Reki no pudo contener. Después soltó un suspiro de alivio.

–Viejo, me asustaste un rato– confesó –Temía que ya hubieras perdido tu inocencia.

–No entiendo– ladeó la cabeza.

–Solo digamos que entendiste MUY mal estos lugares.

–¿No son románticos?– susurró –Ugh, quería hacer algo lindo por ti– se dejó caer –¿Qué se supone que son estos lugares?– preguntó.

–Emm– se sonrojó ligeramente –Pues verás– se acercó y le susurró la respuesta a su oído.

–¿¡QUÉ!?– se levantó de golpe –Oh por dios– su rostro se pintó de rojo –Lo siento ¡No es para nada mi intención! Me gustan las cosas lentas, de hecho preferiría mil veces ir a cenar antes que eso– empezó a divagar.

Más allá del infinitoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora