Encierro

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–Entonces ¿Ustedes ya son pareja?– preguntó Adam a Cherry y Joe.

El de lentes tenía una mueca enorme. El mundo enserio lo odiaba. Por qué ¿Cuál era la probabilidad de que de todos los asientos que había le tocara sentarse frente a su ex?

–No te importa– contestó.

–Oh vamos, los vi tomados de la mano el otro día– se burló.

–Si lo ignoramos tal vez nos deje en paz– dijo Joe.

–Kaoru y Kojiro sentados bajo un árbol– empezó a cantar.

–¡Dios santo! Eres como un niño pequeño– se volteó Cherry con agresividad –Sí, sí estamos saliendo. Ya deja de molestar– regresó a acomodarse para intentar dormir.

–¿¡Enserio!?– se emocionó –Suerte, Kojiro, te conseguiste uno bravo– rio.

–Suficiente– se levantó de su asiento –No aguantaré 19 horas más así. Kojiro– tomó su mano –Ven conmigo– fueron hacia clase económica.

–Señora Kyan, señora Hasegawa– se pusieron frente a las madres de los adolescentes –Las notamos algo cansadas– sonrió Cherry –¿Necesitan ayuda con las gemelas?–.

Masae se sorprendió por el ofrecimiento –Oh, no es necesario– dijo nerviosa –No quiero molestarlos en su viaje–.

–Pero si no sería molestia. Joe adora a los niños ¿Cierto?– le dio un pequeño golpe con su codo a su novio.

–Claro– respondió –Y más si son las hermanitas de Reki–.

–Es su favorito de los chicos– explicó el pelirrosa.

–De todas maneras, enserio no podría– dijo la mujer.

–Entonces al menos permítanme ofrecerles nuestros asientos en primera clase–.

Las mujeres cruzaron miradas.

–De acuerdo, no somos tontas ¿Qué está sucediendo?– se cruzó Masae de brazos.

–¿Hay algo que los incomoda de sus asientos?– preguntó Nanako.

–¿Qué? No– rio Cherry nervioso.

–Su ex novio está en el asiento de atrás– confesó Joe.

Su novio iba a regañarlo, pero eso logró convencer a las mujeres. Les dejaron a las gemelas y fueron a ocupar sus nuevos asientos.

Cherry suspiró aliviado y se dejó caer sobre el asiento. Al fin podría descansar.

–¿Tan insoportable es tu ex como para que no puedas aguantar un vuelo con él?– escuchó una voz femenina.

Los hombres se sobresaltaron y miraron a su derecha. Donde se encontraron con Koyomi.

–Oh, tú también vienes en esta fila, emmm... novia de Miya– sonrió Joe.

La chica giró los ojos –Me llamo Koyomi y no soy novia de Miya– se cruzó de brazos.

–Ay no seas tímida– le lanzó una mirada pícara –El chico es lindo–.

–Giu– soltó –A ver, gente adulta y madura, les dejaré algo en claro, no le gusto a Miya–.

–Pero sabemos que le gusta alguien. Y si no eres tú ¿Quién?–.

–¿Si les digo me dejarán en paz?– ambos asintieron –De acuerdo– se encogió de hombros –Le gusta Reki–.

Tanto Cherry como Joe abrieron los ojos como platos.

Más allá del infinitoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora