Cenizas en un Día Nevado

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ADVERTENCIA: Capítulo extremandamente ridículo y carente de sentido. Leer bajo su propio riesgo

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Se miraban fijamente. El ceño del pelirrojo se fruncía cada vez más junto mientras formaba una sonrisa engreída.

–Luces muy confiado, pequeño chihuahua– se burló el hombre frente a él.

–No tienes ni idea a quien retaste– respondió mientras sostenía su skate.

–Entendiste las reglas ¿Cierto?–.

–No son nada complicado– hizo un movimiento con su mano –El primero que caiga del ala será el perdedor–.

–¡Son un par de idiotas!– gritó Miya –¿No se dan cuenta de que esto es algo mortal? Estamos a doce mil metros del suelo–.

–¡Confío en ti, Reki!– soltó Langa –Eres el chico más asombroso que existe en este mundo. Mi caballero en brillante armadura, sé que podrás salvarnos a todos–.–

El mencionado tragó saliva. Todos contaban con él. Las vidas de más de 30 personas estaban en sus manos ¿Cómo es qué había llegado a todo eso después de una mañana tan tranquila?

6 horas antes:

–¡Llegan una hora tarde!– gritó Kaoru –Vayan a registrar sus maletas ahora o perderemos nuestro vuelo–.

–Yo no tengo que registrar nada– respondió Miya –Las  competencias me han ayudado a moderar el peso de mi maleta y ahorrarme estas molestias–.

–Nosotros tampoco debemos hacer nada de eso– dijeron Reki y Langa.

–Yo soy rico, puedo tomarme ciertos lujos– fanfarroneó Adam.

–En realidad no es así, señor– mencionó Tadashi –No puede subir con una maleta tan pesada–.

–Pero mis productos de cabello– hizo un puchero –¿Por qué no usamos el jet privado de la familia?–.

–Dijo que quería ser más humilde– hizo una ligera mueca –Por favor, hagamos fila para acabar con esto rápido–.

–Ok– gruñó –Pero quiero sentarme con Masae y Nanako otra vez– miró a las mujeres.

–Nos encantará acompañarte, cariño. Pero primero debes hacer lo que Tadashi te pide– respondió la más robusta.

–Lo que usted diga– se apresuró a formarse.

–Eso me sigue aterrando un poco– susurró Reki.

–Como sea, Reki ¿Tienes hambre?– le sonrió su mejor amigo.

–Claro, vamos a comer– tomó su mano y lo jaló.

Estuvieron cuatro horas jugando y hablando de trivialidades. Incluso en cierto momento se metieron en problemas con un guardia y tuvieron que huir en skate. Claro que por eso después tuvieron problemas con Cherry por eso. Aunque se protegieron detrás de Adam.

Al final, para poder calmarlos a todos, Joe tuvo que darles a Carla para que pudieran jugar sin tener que moverse. Algo que al principio no le pareció a su novio, pero al pensarlo de manera detenida terminó aceptando.

Cuando subieron al avión, el acomodo de asientos fue igual al de la vez anterior. Con la única diferencia de que Nanako y Masae fueron junto Adam y Tadashi desde el principio.

Al cabo de unos minutos, el pelirrojo se quedó dormido. Sin embargo, despertó gracias a un grito femenino.

–¿Qué está pasando?– preguntó preocupado.

Más allá del infinitoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora