Más allá del infinito

Matrimonio

La pandilla se encontraba reunida en S. Después de varias semanas, el pelirrojo al fin era capaz de entrar de nuevo. No le fue fácil, pues tuvo que hacer muchas negociaciones con Cherry y adelantar varias tareas. Aunque Reki no mentiría, aprovecho para preguntarle después de que éste se cansará por la discusión con sus padres después de que se enteraran de que ahora Adam y Tadashi vivían con él.

¡Vaya caos había sido aquella noche!

Era difícil de describir para todos los involucrados. Hubieron peleas, uno que otro golpe accidental ¡Adam incluso besó a Cherry solo para molestar a sus padres! Claro que después de eso le llegaron tres golpes intencionales de parte del peli rosado, Joe y Tadashi.

Al final llegaron a un "acuerdo". Y con esto me refiero a que Kaoru decretó que ahora todas las cenas familiares serían solamente en casa de sus padres y que la pareja invasora tenía prohibido asistir.

–¡Quiero competir!– sonreía Reki –¿Puedo?– daba saltos alrededor de Joe y Cherry.

–Lo siento, chico, ya están llenas todas las carreras de hoy. Langa tiene tres retos– murmuró el peliverde.

–Si quieres te doy uno– habló el canadiénse.

–No es necesario– dijo algo deprimido –Si aparezco yo, tus rivales estarán decepcionados.

Langa lo abrazó por los hombros –Entonces yo te reto a una mañana– le sonrió –Si yo gano, me compras comida. Si tu ganas...

–Me das un beso– lo interrumpió.

–¿Uh?

–En la mejilla– la señaló –La última vez me atrapaste desprevenido. Me merezco algo que pueda apreciar ¿No crees?

–¡Entonces tú también debes besarme si gano!– se emocionó.

Miya hizo una mueca. Se consideraba bueno ocultando sus constantes celos hacia el peli celeste, pero a veces ambos adolescentes se ponían tan insoportablemente cursis que los hacía casi imposibles de ignorar.

Miya: Quiero matar a tu hermano y Langa

Mensajeó.

Koyomi: Jaja ¿Ahora qué hacen?

Miya: Apostando besos...

Koyomi: Aw ¿Y estás celoso?

Miya: ¡No te burles!

Koyomi: Y tú no te enojes. No es mi culpa que tengas mal gusto

Koyomi: Por cierto, tengo un recital de ballet el jueves

Koyomi: Ve

Miya: ¿No tengo opción?

Koyomi: No, hicimos un trato. Yo no lo decía a Reki que te gusta y tú eres mi esclavo

El niño giró los ojos y guardó el teléfono. Cada día, Koyomi se volvía más mandona.

–¡Ey, antigua Eve!– se le acercó Adam.

–No me digas así– frunció el ceño.

–Como sea– agitó la mano –Oye ¿Sabes dónde está Tadashi?

–Es tu novio ¿Esa no es tu labor?– se cruzó de brazos.

–Ok, veo que no estás de humor– gruñó –Oye, si lo ves, mantenlo distraído, por favor.

–¿Por qué?

–Digamos que le estoy haciendo una sorpresa, pero necesito organizar todo yo mismo. Lo cual es más complicado de lo que pensé– hizo una mueca.