Rosa Con Espinas (Kuroshitsuji)

Ash Lander

~Oye! Por qué hay un Ángel en la tierra?~preguntaba Grell totalmente preocupado. El ángel toma en brazos al Conde y saca un libro~ese si es un verdadero Cimatic Record~dice señalando el libro.

~Bocchan!!~gritaba Sebastián preocupado por lo que estaba por pasar. Del libro salen cintas que los envuelven atrapándolos.
~Grell, usa tu Death Scythe!~ ordena el demonio con apuro.

~Espera! Ya lo estoy haciendo!~ dice mientras cortaba todas las cintas con un par de tijeras tan pequeñas que parecían de juguete.

~Qué es eso?~pregunta el demonio decepcionado y preocupado al ver que aquel ángel tenía a su amo en manos y tenía intenciones que arruinarían sus planes.

~No hay nada que hacer! Will me confiscó mi Death Scythe!~ grita haciendo un berrinche.

~Te mostraré la luz y la oscuridad de tu pasado~le dice el ángel a Ciel. Abre un portal y lo atraviesa con el Conde.

~Bocchan!!~gritaban Sebastián y Sophie mientras perdían de vista a su amo al entrar en aquel portal.

*Narra Sophie*

–Se preguntarán como llegamos a esto, y la verdad es que yo tampoco entiendo como pasamos de una mañana tranquila a que nuestro amo fuera raptado por un ángel que se lo llevó por un portal que lleva quien sabe a donde. Para que puedan entender mejor les explicare que sucedió desde el principio. Todo empezó esta mañana.
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<<Esa mañana en la mansión Phantomhive>>

~Hoy en la mañana tiene clases de baile con la señora Bright. En la tarde con el señor Westhern que dirige una empresa de Comercio exterior...~explicaba Sebastián a su amo los deberes del día.~Esta escuchando, Bocchan?~dice al ver que este solo caminaba a su despacho sin decir una palabra.

~Te dije que ya me harté del bailé. No es para mí.

~Qué modesto. Los que ven los pasos de baile de Bocchan son reconfortados~dice con una sonrisa y una mano en su pecho.

~Los que ven se ríen, es lo que quieres decir, ¿verdad?~dice levantando una ceja.

~Por supuesto que no~dice sonriente, cosa que causa una risa ahogada de parte de la joven Turner haciendo que ambos la miraran, Ciel con irritación y el demonio con una sonrisa, ella al percatarse de eso aclara su garganta.

~Bocchan, precisamente para eso son las clases, para que pueda deslumbrar en el salón de baile con sus elegantes movimiento.~ dice sonriente.

~Acaso tu también pretendes burlarte?

~Por supuesto que no, mi Lord.~ de fondo se escucha una risa que provenía de la habitación de contaduría, eso desconcierta a los tres por lo que deciden ir a ver que era lo que sucedía.

~Tanaka-san, mire. Tres hojas de té están derechas~dice un joven de cabello blanco mostrando la taza que tenía en las manos ~seguramente hoy será un buen día.

~Eres...~dice el conde sorprendido al ver aquel joven   ~el mayordomo de la reina!

~Oh, señor Ciel. Disculpe mi atrevimiento~dice levantándose de la silla en la que se encontraba para hacer una reverencia.

~Por qué el mayordomo de la reina esta en mi mansión tomando té?

~Mi Lord,¿acaso no esta enterado?. Las órdenes de la Reina siempre las trae el señor Ash~explica la joven con tranquilidad.

~Un mayordomo puede hacer ese trabajo?

~Como mayordomo,¿como no podría investigar durante la siesta matutina de la Reina en el libro del día del juicio final a aquellos que desean una audiencia y después llevar personalmente las cartas al señor Phantomhive y de paso tener un momento agradable de té con Tanaka-san?~dice de forma rápida para luego darle un sorbo a su té.

~Bueno, no creo que importe si no tomas el té~dice Ciel restándole importancia.

~Y Ash-san,¿ cuál es el objeto de su visita de hoy?~pregunta Sebastián de forma amigable.

~Sí. En las afueras del castillo Pluston existen algunos conventos que han sido abandonados debido a la reforma religiosa y una extraña organización religiosa ha comenzado a reunirse ahí. Al parecer, esa organización tiene en sus manos el libro del juicio final de sus creyentes.

~Te refieres al que tiene el registro de tierras?. En los que también está anotados los bienes y propiedades?. Pero...teniendo eso en su poder qué podrían hacer?~pregunta el conde algo desconcertado.

~No, el libro del juicio final que ellos veneran es diferente. Doomday, el día del juicio final. El registro necesario cuando mueren y es enviado a Dios.

~Se dice que todas las maldades y virtudes ocasionadas por el hombre se encuentran grabados en el libro del juicio final~ comenta Sophie a lo que todos la ven~es lo que he oído. Por favor, continúe.

~Efectivamente, es lo que dicen~ dice Ash sonriente.

~De nuevo ocultismo~se queja Ciel con una mano sobando el puente de su nariz.

~Si no es atrevido de mi parte, permitame preguntarle ¿como es que usted sabe que ellos poseen aquel libro?~pregunta la joven al mayordomo ya que parte de esa historia no la convencía.

~Existe el rumor de que van a sublevarse contra el gobierno, eso a hecho que los ciudadanos de Pluston sientan temor de ellos y fueron ante su majestad para advertirle.

~Que almas tan nobles y leales tienen los ciudadanos~dice sonriendo tiernamente.

~Así es. Y saber eso a entristecido el corazón de su majestad.

~En otras palabras,¿quieres que los disperse? O que los extermine?~pregunta el conde.

~Eso lo dejaré a su criterio.

~Entendido~dice el conde. De pronto aparece Pluto golpeando la ventana y ladrando demostrando emoción.

~Pluto?~dice Sophie al verlo de esa forma ya que no era costumbre verlo tan animado. Parecía emocionado con la presencia de Ash, pero esté lo mira mal y Pluto entristece y se va llorando~Pluto~dice la joven con tristeza al verlo así.

~Quien es?~pregunta Ash.

~Un simple sirviente~responde Sebastián.

~Ya veo, parece alguien interesante~dice para luego despedirse y marcharse.
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~Entonces, que hacemos?~ pregunta el Conde estando ya en su despacho.

~De acuerdo el señor Ash, el convento está duramente resguardado~comenta Sebastián.

~Entonces será difícil entrar por el frente.

~Mi Lord, yo tendría más cuidado, realmente no me fío de él. Su historia no parece tener mucho sentido.

~Tal vez, pero son órdenes de su majestad.

~Él también dijo que...un gran número de ataúdes fueron enviados al convento~continua Sebastián.

~Ataúdes?~pregunta el conde.

~Iré a preparar el carruaje~dice la joven para salir del despacho de su amo.