El Caso

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-Ya dentro de la tina ambos se aseaban mutuamente, ella estaba recostada en su pecho y él sobre la tina, realmente parecían amantes de las historias de amor pero más que amor lo que compartían era el deseo hacía el otro, como todo lo que empieza acaba sus noches compartidas pronto terminarían pero por ahora solo les importaba sentir, sentir juntos.
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~Que bueno que la habitación está bastante alejada, es la última del ala este y la de Bocchan y de los chicos esta en el ala oeste, así no nos escuchan~comenta la joven mientras frotaba la esponja contra el brazo del demonio.

~Escucharnos? Será escucharla, usted es la que causa tanto escándalo~dice de forma burlona.

~Yo? En todo caso sería tu culpa, tú eres quien los provoca no intentes culparme a mí~dice con una sonrisa maliciosa fingiendo indignación, a lo que él ríe y la abraza por la cintura pegándola a él.

~Entonces me declaro culpable mientras me permita seguir escuchando esos dulces gemidos~le susurra al oído acariciándolo con su nariz, ese comentario provoca que se sonrojara totalmente y un escalofrío al sentir su respiración, y se queda sin palabras. El resto de la ducha la pasaron en silencio disfrutando de las caricias que se proporcionaban mutuamente, una vez listo se vistieron y bajaron a la cocina para empezar sus labores.
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-Había pasado un mes desde que sus visitas nocturna empezaron, en esa habitación solo se podía oír a los amantes mostrándose todo su afecto con caricias y charlas nocturnas. En las mañanas se concentraban en sus labores y se mantenían distantes por lo que nadie sospechaba pero de noche solo eran ellos dos, cuando estaban juntos no importaba nada más, el demonio a prendió a dormir junto a ella aunque no lo hiciera todas las noches, ambos se volvieron maestros y estudiantes ya que se enseñaban nuevas cosas mutuamente. En los casos de la Reina, se protegían el uno al otro cosa que le pareció raro al conde pero en realidad los hacía más eficientes por lo que no le dió importancia alguna, hasta que un caso en particular marcó un antes y un después en su relación, sí relación ya que después de todo el tiempo que habían pasado juntos se acercaron tanto al otro que parecían una pareja aunque no lo demostraran al mundo, después de todo un amor a escondidas lo hace más excitante.
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~Al parecer, él no era de estas cercanías~dice Abberline al ver el cadáver que estaba cubierto por una manta, el cual había sido encontrado en la madrugada en el río por unos pescadores.

~Debió ser asaltado~comenta el inspector ~lo asesinaron en otro lugar y lo echaron aquí.

~La víctima cayó por un sólo golpe. Este tipo de habilidad no la tienen simples bandidos.

~Entonces debe tratarse de una disputa de la mafia. Italianos o chinos.~comenta acomodándose los anteojos ~también hay rumores de que un nuevo tipo de droga está siendo distribuida.

~De todas formas debemos esperar hasta que el cadáver sea identificado.

~No hay necesidad de eso~dice el conde haciéndose presente en la escena seguido de sus dos mayordomos ~ese hombre es John Stanley. Éste es su historial ~dice mientras Sebastián le entregaba un sobre con la información de la víctima. El inspector lo toma de mala gana y empieza a leerlo.

~Qué pretendes con esto?~dice con una ceja levantada denotando desconfianza.

~El proveer información es una obligación de los ciudadanos. Es lo que siempre dice, ¿no es así?.

~Ni siquiera tú lo crees. ¿Cuál es tu objetivo?. Sé claro.

~Entonces seré honesto, Sr, Landor. Quiero que me muestren lo que este hombre llevaba consigo.

Rosa Con Espinas (Kuroshitsuji) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora