Mi Verdadera Forma

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~Esta en llamas...es el sueño de la Reina. El mundo de los humanos. Ah, al fin llegará los magníficos y brillantes días de mi padre. La sangre, los humanos. La prueba de ello es este humo que lo invade todo, ¿no te parece? Demonio.

~¿Por qué asesinaste hasta la Reina?~pregunto al estúpido ángel que al parecer lloraba de felicidad al ver como la ciudad caía a causas de las llamas.

~Porque tenía ojos de pez.

~¿Ojos de pez?

~Sus ojos, que deberían ver el futuro, fueron arrastrados por el pasado y se pudrieron. No tenía otra opción que purificarla. ~ dice con algo de tristeza.

~Tal vez no se sienta muy cómodo aquí, pero no hay otros asientos disponibles.~dice Sebastián colocándome en sima de unas tablas que estaban destinadas a la construcción del puente.

~Tienes razón.

~Espero sus órdenes.~me quito el parche y lo miro fijamente.

~¡Asesina al ángel!~hace una reverencia con su típico "sí, mi señor".

~En el alba en que este puente se termine, se convertirá en la barrera que protegerá de los impuros a Inglaterra desde el Este. Si un demonio se hace presente, como ángel tengo el deber de purificarlo. Sin suciedad, sin corazón, sin vida. En un ser blanco.~dice desenvainando su espada y lanzándose a Sebastián mientras éste se dirigía a él, empezando una pelea entre ambos, el ángel con su espada y Sebastián con los cuchillos de mi vajilla. ¿Como es que puede usar eso?. De repente una bruma negra lo envolvió impidiéndole que se moviera y a mí que lo pudiera ver.

*Narra Sebastián*

~Esta niebla es...

~Ah, ¡se siente bien! Que bien se siente~dice el ángel cambiando la voz de nuevo a una femenina. ~El toque cálido de los impuros que se van.

~¿Eres un ángel que hace que los impuros pierdan el camino? Que bajo has caído.~ahora era su voz masculina la que hablaba.

~El placer de los impuros es para mí imposible de concebir. Pero...~ la niebla no me deja verlo. Me lanzó unas plumas que pude esquivar a penas. Cambio su voz nuevamente.

~Pero la desesperanza de los impuros me da fuerza. Se va fortaleciendo el anillo de los muertos. Yo...~la niebla se disipó un poco y me dejó verlo, quien cambió su voz y su apariencia a una femenina ~... todavía no he dejado de buscarte.

~Me desagradan las mujeres que se involucran con perros.

~Como mujer no vas a aceptarme, ¿cierto?~la bruma la cubre y cambia su voz y apariencia a una masculina ~Entonces de esta manera, como el sol, como hombre. ~lame la hoja de su espada cambiando a una apariencia femenina ~por completo, llevaré la muerte hasta lo más profundo de tu ser.

~Hasta el final no deja de ser desagradable.~levanta su espada y de ella sale una reluciente y segadora luz brillante y blanca.

~El juicio final se acerca. Demonio, tu pecho es la vaina de la espada. ¡Así que guarda la mía!~se acerca a mi y me corta el brazo izquierdo.

*Narra Sophie*

-Sabia perfectamente que ellos no lo matarían, así que les pedí que fueran a un lugar seguro mientras yo me encargaba de Pluto. Le dispare 3 veces con balas dobles pero no parecía causarle mayor daño así que decidí usar mi sangre para asesinarlo, no me gusta usarla en lo absoluto pero creo que está es una situación que lo amerita. Saco una daga que traigo bajo la falda de mi vestido y me corto la palma de mi mano en horizontal,  empiezo a correr para luego saltar y caer en su lomo, una vez allí le di de beber mi sangre aunque no fue fácil ya que forzajeaba mucho, pero lo logré. Luego de unos minutos se desmaya mientras unas venas entre negras y moradas invadían su cuerpo. Admito que no esperaba que funcionara, pero lo hizo, sí estoy triste por haber tenido que matar a Pluto y luego de haberme encariñado con él, pero ya sabía que este día llegaría, el día en que él perdiera el control y tuviéramos que matarlo. De repente una bruma negra que emanaba de los cadáveres se dirigía al puente de Londres que estaba en construcción y se amontonaba allí por lo que decidí dirigirme hasta ahí para saber por qué sucedía eso. Lo admito, me gano la curiosidad pero...La curiosidad mató al gato ¿no es así?. Es un refrán que tiene mucha verdad, ya que yo no debí subir hasta la torre y no debí haber visto lo que ví... pero pasó, estoy aquí y ví lo que ví. La bruma se disipó así que lo pude ver, no puedo explicar el miedo que sentí al verlo de esa forma pero puedo explicar como se veía o por lo menos intentarlo.

-Todo su cuerpo era completamente negro, usaba tacones de aguja y sus uñas eran tan largas y filosas como las garras de un oso o un tigre, unos enormes y largos cuernos a los lados de su cabeza, y una cola larga con una punta en forma de flecha bastante filosa. De su espalda salían dos enormes alas, pero eran diferente de la otra, mientras una tenía plumas negras la otra era echa de piel con pequeños cuernos en las puntas. Su voz no era como la que estaba acostumbrada a escuchar, esta era como si más de una persona hablara, estaba allí frente al ángel que estaba sorprendido por su forma tan grotesca, pero creo que se sorprendió más al verme ahí por que sonrió como psicópata y me miro.

~Así que estás aquí. ¿Has venido a que te purifique? Me ahorras el trabajo niña~dice con una sonrisa burlona a lo que ese ser tan feroz se voltea a verme, simplemente me quedé sin palabras. De su boca se asomaban unos largos colmillos, su rostro era como el de un animal o combinaciones de varios animales y en su cara había... había... tenía tantos ojos que no podía contarlos, y todos me miraban a mí, a pesar de que en sus labios había una sonrisa pude notar que estaba sorprendido al verme allí. El ángel cambió a una apariencia masculina y era...era Ash!, No lo puedo creer, sabía que él y Ángela eran ángeles y tenían una especie de conexión pero que fueran la misma persona?!... Eso es algo que no me hubiera imaginado ni en cien años. Bueno, ya que son la misma persona es como matar a dos pájaros de un tiro, por que sí, voy a acabar con Ángela por lo que me hizo, no soy rencorosa pero esa estúpida rata voladora se pasó. Empiezo a caminar hasta ellos a paso lento, pero firme y constante. Admito que mientras más me acerque a él más miedo siento, pero no me dejaré vencer por eso o por lo menos no ahora, por que tengo un trabajo que hacer.

 Admito que mientras más me acerque a él más miedo siento, pero no me dejaré vencer por eso o por lo menos no ahora, por que tengo un trabajo que hacer

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Rosa Con Espinas (Kuroshitsuji) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora