Día gris.

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Frío

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Frío.

El frío penetraba mi piel, expulsé humo por la boca, parecía que estaba fumando, pero no era así, solamente era causa del frío. Pasé mis manos por mis hombros y froté las mismas en ellos para darme calor.

Detestaba el frío, la época de invierno era la peor, prefería el calor. Salir a caminar en la playa con mis amigos era mucho mejor que estar abrigada con una taza de chocolate caliente, frente a la chimenea.

Aunque ya esos momentos de caminar en la playa con mis amigos, se habían esfumado. Ya nada era igual que antes, todo había cambiado, me aleje de todos, desde la desaparición de mi hermana mayor Ellen.

Dos años desparecida y aún no había señal de ella, por la mente lo único que se me pasaba era que estaba muerta, hasta que hace dos semanas encontraron un collar, que le pertenecía a Ellen. Desde esa vez no he perdido la esperanza, aún puede estar viva.

Miré hacia arriba, el cielo grisáceo lucía dominante sobre la ciudad, tome una bocanada de aire, y respiré profundamente, me cubrí la cabeza con la capucha de la chaqueta y me di vuelta para entrar a casa, entonces la alarma de mi teléfono sonó dentro del bolsillo de mi pantalón, interrumpiendo todos mis pensamientos. Revise mi celular, y leí en la pantalla <<16 de junio, mi cumpleaños>>.

Una imagen de Ellen despertándome para felicitarme y darme un beso en la frente, se me vino a la mente, mis ojos se inundaron en lágrimas, pero no las deje caer.

—¡Aleeeex!—Escuché a mi padre, llamándome desde la cocina, di un pequeño salto, me pase la manga de la chaqueta por los ojos, volví a tomar aire y entre nuevamente a la casa, con una sonrisa fingida, no quería que papá se diera cuenta de mi estado de ánimo.

Me dirigí a la cocina, pero cuando llegué no había nadie, ¿Dónde estaba papá?, De pronto sentí unas manos que apretaron mi cintura, me di vuelta y sonreí, era mi padre.

—¡Feliz cumpleaños cielo!—me encerró en sus brazos, para luego dejar un beso plantado en mi frente.

—Gracias papá—le sonreí y lo abracé fuertemente-Por siempre ser bueno conmigo, te amo.

—Te amo más princesa—acarició mi cabello—ahora alístate, te llevaré a comer.

—¿Adónde me llevarás padre?

—Es una sorpresa cariño—me sonrió, le devolví la sonrisa. En realidad no estaba de ánimos, no quería ir a ningún lugar, solo quería quedarme en casa viendo un maratón de las grandiosas películas de Marvel. Pero el hecho de que yo estuviera triste, lo pondría a él igual y no quería eso, así que solamente le di mi mejor sonrisa fingida y subí a mi habitación para cambiarme de ropa.

Caminé hasta mi habitación, el frío penetrando cada poro de mi piel. mis manos estaban congeladas, llegué a pensar que estaba en el polo norte, aunque en realidad no sabía la temperatura de ese lugar, no sabía qué tan frío era, pero seguramente ese lugar era mucho más gélido que acá, así que probablemente solo bastaría un día, para morir congelada.

CASS don't let it outDonde viven las historias. Descúbrelo ahora