Deseo innecesario.

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Al llegar a la mesa del comedor me encontré con una larga cabellera plateada que cubría el respaldar de la silla

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Al llegar a la mesa del comedor me encontré con una larga cabellera plateada que cubría el respaldar de la silla. Supuse que era Leyla, a su lado se encontraba un chico alto de brazos fornidos y cuerpo de atleta el cuál era Connor.

Ellos seguían hablando, manteniendo una amplía conversación, sin darse cuenta de que mi padre y yo habíamos bajado. Me acerque sigilosamente hacia Leyla, y me posicioné detrás de ella para tocar su hombro; ella reaccionó con un pequeño saltito, luego se volteó, y al ver mi cara se levantó rápidamente y se lanzó a mi con un gran abrazo.

—¡Alex, al fin bajaste!

Ella actuaba normal, como si nada hubiera pasado anteriormente.

—Si, estaba arreglándome.

—Ya estábamos a punto de comer e irnos, ya que pensábamos que nunca bajarías—Connor dió media vuelta en su asiento.

—Me tardo mucho arreglándome—le dí una sonrisa a Connor. El también actuaba como si nada hubiera pasado.

—Si, pero no importa, ya bajaste,—dijo Leyla—ahora a comer, antes de que se nos enfríe la comida.

—Cierto—dije antes de sentarme en la mesa y contemplar los grandes trozos de pizza que descansaban en los platos. En total eran seis trozos que estaban en cada plato, el olor que salía de ellos era muy hipnotizante y la pizza se veía muy apetecible.

Luego de que mi padre sacará unas botellas de Coca-Cola de la nevera y se sentará, cada uno empezó a devorar sus trozos de pizzas, mientras sacaban diferentes temas de conversación.

Miré a Connor, me fijé en su brazos fornidos y en lo bien que le quedaba la franela gris, le quedaba muy ajustada, y eso hacía notar más su cuerpo de "chico que entrena todos los días" seguí subiendo mi mirada, por sus clavículas, su cuello, pero al llegar a sus labios, ahogué una risa; pues un poco de salsa estaba regada en la comisura de su labio, él noto que lo veía mientras apretaba mis labios y frunció el ceño.

Miré a mi padre y a Leyla un par de veces, para asegurarme de que no estarían pendiente de que le hablaría a Connor, y no lo estaban, ellos permanecían en una entretenida conversación, así que le hablé.

—Tienes un poco de salsa en tu labio—susurré, segura de que él solamente podía escucharme.

—¿Qué?—él también susurró, siguiéndome el juego.

—Que tienes un poco de salsa en tu labio—toqué la comisura de mi labio para señalarle.

Él seguía frunciendo el ceño, sin entender lo que decía, hasta que señalé una vez más, Connor se pasó el dedo por su labio lentamente quitando un poco de salsa del mismo; al darse cuenta que le trataba de decir que se limpiará el labio, soltó una risita y se pasó una servilleta por el mismo.

Leyla y mi padre no nos prestaban atención. Mi padre parecía un director de la escuela que te agarra en la puerta de entrada cuando llegas tarde; con las preguntas que le hacía a Leyla parecía ser un auténtico director, le preguntó sobre su familia, sobre cómo le había ido en Inglaterra ya que allá era donde se había mudado, y hasta las tablas de multiplicar. Ella solo reía y disfrutaba la conversación con mi padre.

CASS don't let it outDonde viven las historias. Descúbrelo ahora