Mansión Malcolm parte I.

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Frío

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Frío. Todo era frío, mi cuerpo ya estaba en un punto helado, un punto dónde no conocía el calor. Sentía mis labios resecos y al mismo tiempo congelados. Con ayuda de mi mano y de el suéter que tenía puesto, terminé de cubrir mi cabeza.

El sol aún no se daba a revelar. El sol era muy tímido en las noches, aunque era la madrugada. El reloj cucú que estaba colgado de la pared marcaba las 5:00 de la mañana. La luna lo opacaba con su brillante luz, y el sol hacía lo mismo con la luna en el día. Era sencillo el reglamento que estos tenían. En la noche la luna podía brillar y dejar que todo el mundo apreciará su luz, mientras el sol permanecía oculto entre las montañas; pero ya en el día, la luna tenía que esconderse y dejar que el sol iluminará a todos con sus delgados hilos brillantes.

Sonreí ante mis extraños pensamientos. Pensaba cosas sin corduras . Ya estaba lista para salir, así que sin pensarlo una vez, salí de la casa. Al mismo tiempo que salía por la puerta; la vibración del celular en el bolsillo del pantalón, tuvo el poder de detenerme.

Busqué mi celular en el bolsillo, y cuando ya lo tenía en mis manos, lo llevé a mi oído para luego pulsar el botón que indicaba que tenía que contestar la llamada.

Respiré una vez. Estaba nerviosa, la respiración de la persona se escuchaba al otro lado del aparato, seguida de una voz muy gruesa, que al escucharla supe que no se trataba de una mujer, sino de un hombre, y que era idéntica a la del señor Faddei; aquel hombre que me había contestado la vez pasada. Pensé dos veces en que estaba usando un filtro de voz.

-Buenas-respondí en un tono de voz muy bajo, tan bajo que estaba cien porciento segura que no me iba a lograr escuchar.

-¿Qué desea?

-Soy la chica de la vez pasada. Soy Alex Coulent-dije recordando aquella conversación que tuve con el hombre que poseía esa peculiar y ronca voz. Él me dijo que lo tenía que llamar a esa hora, a las 5:00 de la mañana, y que después él me daría indicaciones para verlo. No voy a mentir, me dió una sensación un poco extraña y sentí un poco de miedo cuando escuché la palabra "indicaciones"

-Ah, hola, señorita Alex, ¿Cómo está?, si, me acuerdo de usted. Le explicaré que debe hacer.

-Vale-dije con el mismo tono de voz bajo que había mostrado la vez anterior.

Mientras esperaba la indicaciones, la respiración del hombre que hablaba a través de la llamada, se filtraba por el aparatito; haciéndome sentir un poco incómoda. Su respiración parecía ser un poco forzada.

Sujetaba el celular en el oído, mientras el hombre soltaba palabras del otro lado del aparato. Su acento era un poco extraño, también se le dificultaba un poco hablar en español.

Le indiqué donde estaba, y caminé los pasos que dijo que caminará.

Algo no está bien.

La voz del lado oscuro de mi cabeza empezó a susurrar, me advertía pero yo no le hacía caso y continuaba las indicaciones que me daba el hombre.

CASS don't let it outDonde viven las historias. Descúbrelo ahora