Problemas económicos, la necesidad de obtener dinero rápido y la exigencia de cuidar a la familia... Son unos de los tantos motivos que han llevado a Tanjiro, Zenitsu e Inosuke a buscar trabajo desesperadamente en la ciudad, pero, ¿quién dijo que en...
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Faltaba una hora para la dichosa ida a la tienda, los tres se estaban arreglando lo suficiente para no lucir tan desastrosos como de costumbre.
— ¡Inosuke préstame tu ropa! — ordenó el mayor del grupo.
— Si Monitsu como digas — comentó mientras comia una barra de chocolate y veía videos en su teléfono, dándole todo menos atención a su amigo.
Tomó eso como afirmación y sacó unas prendas lindas que tenía dentro de su armario, se probó todo lo que pudo hasta que encontró las prendas perfectas, un abrigo de jean de colores con blanco, unos monos deportivos con una línea blanca en el medio de cada pierna, también tenía una camisa amarilla con triángulos de un color más claro y por último unos tenis blancos con detalles negros.
— ¡Estoy listo! — comentó con una sonrisa.
— Ya era hora rubia — dijo con cansancio.
— Si, como sea rubia oxigenada — comentó alzando sus hombros.
— ¡Vamos! — exclamó Tanjiro con una sonrisa, tomando a sus amigos de la mano, a Inosuke lo llevaba con su mano izquierda y a su derecha a Zenitsu. Si los llevaba a los dos por el mismo lado tarde o temprano se empezarían a matar entre ellos y esa no era la idea.
Se despidieron de la mamá y el papá de Inosuke, ambos eran una pareja muy agradable y muy buenos padres, aunque su hijo era todo menos "normal" como decía el profesor Iguro-San.
La casa de Inosuke quedaba muy cerca del centro comercial donde estaba la sex shop por lo que llegaron relativamente rápido. Curiosos miraban algunas tiendas y algunas cosas lindas que habían dentro de ellas, un escalofrío recorrió el cuerpo de Tanjiro y Zenitsu.
Estaban frente a la sex shop "Cupido", tenía unas luces de neón, en la exhibición estaban maniquíes de mujeres con lencería y disfraces sexuales. También, tenía un lindo logo con el nombre de la tienda, Inosuke abrió la puerta con toda confianza, arrastrando a sus amigos al brillante lugar.
Si por fuera ya tenía cosas raras, por dentro estaba peor, lo primero que vio Zenitsu fue un dildo, por otra parte había un montón de cosas extrañas como látigos, cuerdas, esposas etc. La luz era tenue y habían luces de colores brillantes, una joven de cabellos rosados y verdes se acercó a ellos.
— Buenas tardes Inosuke — saludó alegremente la joven de trenzas.
— ¡KARONJI-SAN! — gritó Inosuke mientras le daba un abrazo brusco.
