Problemas económicos, la necesidad de obtener dinero rápido y la exigencia de cuidar a la familia... Son unos de los tantos motivos que han llevado a Tanjiro, Zenitsu e Inosuke a buscar trabajo desesperadamente en la ciudad, pero, ¿quién dijo que en...
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No valió la pena explicar nada, cada uno recibió un buen regaño en casa por lo que habían hecho. Ahora estaba el grupito en la escuela, a excepción de Genya, que estaba en la universidad.
— Bueno...no puedo salir a ninguna parte — comentó Inosuke mordiendo su onigiri —, que cagada.
— Ni me lo recuerdes — pidió Yuichiro.
— A mi menos, me costó quitarme el olor a vomito del cabello — el chico se acarició su largo cabello negro con puntas turquesa, mirando de mala forma a Yuichiro.
— Creo que deberíamos ser más conciente en nuestras salidas — alegó Tanjiro, apoyó su cabeza en el frío metal de las gradas del gimnasio.
— A mi me dieron con un cucharón en la cabeza — comentó Zenitsu acariciando su nuca, nunca le habían dado un golpe tan seco como ese —, la fase de hacer molestar a una embarazada recomiendo que la salten.
Todos asintieron con él, Nezuko se recostó también en las gradas, mirando fijamente el techo del gimnasio.
— Oigan...— susurró Inosuke viendo su teléfono, las patas le temblaban —, ¿hoy no es el examen de ciencias naturales?
Se miraron entre todos, casi saltaron de las gradas del gimnasio, corriendo todos a estudiar para el examen.
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Nezuko y Senjuro no tenían ese examen, Muichiro si tenía ese examen al igual que Yuichiro, ya que estaban por encima de los otros por un año.
Los alumnos que estaban allí les temblaban las patas viendo a Kanae, quien con una sonrisa relajada les ponía el examen sobre la mesa, Tanjiro miró a Zenitsu y este miró a Inosuke.
Estaban perdidos, no habían estudiado nada y el fin de semana que tuvieron hicieron porquería en vez de repasar.
— Diosito sálvame — susurró Kanao mirando el techo.
— Bien, ya saben, solo pueden usar lapicero para escribir las respuestas del examen, no pueden usar corrector, si necesitan una hoja más para continuar respondiendo las preguntas me piden permiso — explicó la pelinegra —, recuerden, cualquier duda pueden llamarme alzando la mano, hagan el examen en silencio, quien va acabando, repasa las respuestas y va saliendo en completo silencio, suerte mis amores.
