Problemas económicos, la necesidad de obtener dinero rápido y la exigencia de cuidar a la familia... Son unos de los tantos motivos que han llevado a Tanjiro, Zenitsu e Inosuke a buscar trabajo desesperadamente en la ciudad, pero, ¿quién dijo que en...
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Inosuke le miró de arriba a bajo, recordó los consejos de su amado y adorado padre.
“Si te llegan a acorralar, te ponen mirada sexy, te intentan bajar las nubes y las estrellas, tu simplemente le das una patada en las bolas y lo mandas a volar”
Y literalmente eso hizo, le dió una patada en la intimidad a Sanemi. Para sopresa de ambos Zenitsu entró a la oficina, al ver la situación abrió la boca sumamente ofendido.
— ¡Inosuke! — gritó mirando a Sanemi —, ¿¡Qué mierda le haces a mi trapito!? — se lanzó sobre Sanemi dándole manotazos —, ¡El cara de trapo es mío!
— ¿¡Ahora todo el mundo quiere con Inosuke o que!? — preguntó entre gritos, Zenitsu le dió una fuerte bofetada a Sanemi.
— Yo no sé quién coño de la madre te crees tú, pero yo te voy a decir una cosa... — se mantuvo en silencio dándole golpes leves a Sanemi, Bueno, hasta que lo tomó del cabello y lo empezó a sacudir de un lado a otro — ¡Primero le rompes el corazón y luego vuelves!, ¡Animal rastrero!, ¡Rata de dos patas!, ¡Como dijo el mamut de la era del hielo!, ¡Eres una vergüenza para la naturaleza!
—¿¡Que mierda te pasa enano!? — harto de los golpes de Zenitsu lo empujó fuerte, alejándolo de él.
— ¡Esto no se acaba aquí!, ¡Pagarás por mi cara de trapo! — el rubio se puso en una posición de boxeo —, ¡Entrele, entrele!
— ¿Qué sucede aquí? — preguntó Mitsuri mirando el alboroto de los tres, la pelirosa tenía ambas manos puestas en la cadera y el entrecejo fruncido.
— Ya vali... — susurró Sanemi mirando a la chica.
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