INEFABLE AMOR © [TERMINADA]

CAPÍTULO 26

10 de marzo, 2022

—Estoy molesto contigo —dice alzando el mentón—, ¡me engañaste!

Rio sosteniendo el teléfono frente a mí.

—Pero llamé —me defiendo.

—¡Casi un mes después! —se escandaliza—. Me dijiste que no ibas a poner tu vida en riesgo y tienes la cara llena de hematomas.

Le resto importancia.

—Fueron solo unos golpecitos —sonrío—. Estoy bien, gracias por la ayuda.

—La próxima vez consultaré con tu manager antes de hacerte algún otro favor —responde.

—Eso no es muy amigable de tu parte, Andrew —formo un puchero.

Se queda callado y sé que está evaluando mi golpeado rostro.

—No voy a preguntar porque vas a mentirme y no quiero obligarte a hacerlo —se sincera, la chispa de diversión se ha esfumado—, ¿de verdad estás bien?

Asiento.

—Puedes preguntárselo a Lois —le entrego el teléfono a mi novio que lo toma y habla por un rato con mi amigo.

Bajo la mirada a mis brazos, los vendajes y las vías continúan ahí. Los doctores siguen haciéndome exámenes para asegurarse de que el golpe que me propinó Billy no haya dejado secuelas, ya me acostumbré a las tomografías y cada vez los hincones duelen menos. Kiara también está en observación, bajó mucho de peso en las dos semanas que la retuvieron, no he querido que salga de aquí sin estar segura de que no haya ningún daño interno.

Summer vino ayer y me escuchó durante horas, todos mis miedos y preocupaciones los dejé ir con ella, alguien que puede cargarlos sin preocuparse de más, como lo harían Lexie y Lois.

—¿Lo comprendiste? —me preguntó.

Asentí.

—No me encontraba bien en ese entonces —empecé—. Me sentía vacía y ansiaba quitar esa sensación, Billy llegó y vi la oportunidad de curarlo, cuando la que debía sanar era yo. Quería hacer con él lo que no pude hacer conmigo.

—¿Sientes culpa?

—Sé que no estuvo bien y que quizá debí escoger otro camino, pero fue lo que sucedió y no puedo cambiarlo —miré mis manos cuando mi vista se empezó a nublar por las lágrimas—. Tampoco se siente bien culpar a la nena que tomó esas decisiones porque ella no estaba estable mentalmente, tenía solo quince años y... se sentía como la mierda. No es culpa de nadie, solo sucedió. Me rompió y dejó secuelas, pero sigo sanando, me hago fuerte y aprendo de mi pasado.

Sonrió y tomó mi mano.

—Abraza a esa pequeña, porque necesita saber que la has perdonado y que la entiendes.