CAPÍTULO 28

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N

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N.A: el cap anda algo intenso al inicio, just saying... 

23 de abril, 2022

Lois

Kallie se pone más pesada que de costumbre; sé bien que quiere celebrar mi cumpleaños, pero ya soplé la jodida vela y aún no me deja ir. Me cuenta una tradición peruana que puedo jurar se está inventando, no tiene sentido que la diga ahora cuando hemos pasado más de cinco cumpleaños juntos.

—Y luego, debes caminar en círculos alrededor de la mesa que contenga el pastel, es para buena suerte —asegura.

Resoplo, pero doy las veinticuatro vueltas con tal de que me libere. Quiero ver a Ada, solo pude obtener un corto beso por la mañana, ansío más.

Aplaude sonriente y me abraza fuerte recalcándome que soy su hermano de otra madre y que siempre me va a amar por más idiota que me ponga. Palmeo su espalda, suele ponerse más cariñosa, pero este año está exagerándolo todo.

—Vale, ya puedes irte —me suelta cambiando su semblante—. Ve, ve, ya sé que quieres deshacerte de mí desde hace rato.

Sonrío.

—Te adoro, pero he pasado el ochenta por ciento del día contigo, Kall, quiero verla.

—Anda, ve, debe estar esperándote.

Beso su frente y la apretujo haciendo que se queje. Conduzco de regreso al apartamento y me impaciento en el ascensor, las manos me pican por tocarla. Me sorprende ver a Lexie en la puerta.

—Tienes un regalito ahí dentro. —Me entrega un aparato—. Úsalo con cuidado.

Frunzo el ceño viéndola irse.

Reviso lo que parece ser un control remoto y presiono uno de los botones esperando que algo explote, pero es algo mejor, un gemido alto se escucha desde adentro. Me apresuro y cierro la puerta, no quiero que nadie más la oiga. Ahora, sabiendo lo que puede desencadenar el control, juego con los botones excitándome con los sonidos que salen de la habitación.

Voy despojándome de la ropa en el camino y lo que veo al entrar me endurece de inmediato. Ada está esposada a la cama y sus piernas están abiertas de par en par dándome una excelente vista de su centro cubierto por una fina capa de encaje. Hay una mesa llena de juguetes sexuales y en el centro de su vientre reposa una fusta. Sus ojos están vendados y al acercarme percibo lo que parece chocolate rodeando sus pezones, vaya confianza la que tiene con Lexie.

—Sé que estás aquí —jadea haciéndome tragar duro—. Fue mala idea lo de la venda, quiero verte y, ahora que lo pienso, tampoco me agrada estar esposada porque de verdad me gusta tocarte.

Sonrío.

—No podemos echar al tacho tu sorpresa, bonita. —Acaricio sus piernas y gime removiéndose, parece realmente inquieta.

INEFABLE AMOR © [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora