El baúl de los recuerdos de Kim Doyoung fue abierto por unas personas que no esperaba volver a encontrar.
El pelinegro tenía dos opciones:
1. Afrontar todo como la persona madura de 16 años que era.
2. Llorar en la noche intentando que todo se le olvidara al día siguiente.
Cómo todos en la adolescencia somos seres con la misma estabilidad emocional que una almohada, o sea, ninguna, la opción dos era la más viable.
Todos queremos enterrar todo los que nos hizo daño en el pasado y no tener que vivirlo ni afrontarlo en el presente o futuro. Pero como Doyoung tiene menos suerte que una persona a la que le cae un rayo, llegan dos personas que quiso mucho de niño a recordarle que por mucho que tuviera buenos momentos, los malos también abundaban en su corta vida.
Y ahí se encontraba, llorando desconsoladamente en la madrugada mientras intentaba quedarse dormido y olvidar todo lo que todavía lo atormentaba.
── Doie ── llamó Dohee al estar en la puerta del cuarto del menor ── ¿Por qué lloras? ¿Qué te pasó? ── preguntó preocupada mientras se sentaba en el borde de la cama.
── Nada ── dijo entre hipidos mientras abrazaba más a su almohada.
── Doie, tú no lloras por nada ¿Qué pasó, bebé?
── Mamá, no me gusta recordar. No me gusta acordarme de tu hermana, no me gusta acordarme de cuando nos mudamos de la casa de los Jung... Quiero sufrir amnesia y no recordar nada de mi vida ── sollozó mientras se lanzaba a los brazos de su madre buscando protección haciendo que ésta lo acurrucara dejando leves caricias en su espalda.
── Sé que nada ha sido fácil para ti, pero eres muy fuerte, mi amor... Eres el chico más inteligente y dulce que conozco. El pasado es solo eso, ya pasó ¿Aquí no está Yunki golpeándote con el palo de la escoba verdad? ── el otro negó con su cabeza ── Y me tienes aquí contigo ¿Verdad que si? ── el pelinegro asintió y Dohee dejó un beso en la frente de él.
── Pero acordarme de eso no me gusta, lo detesto ── habló abultado su labio inferior mientras regulaba su respiración.
── Mira Doie, si eso que no te gusta no está ahora, no importa más. Sé que te duele, pero no existen máquinas del tiempo para lograr que no te pasará nada de pequeño... Concéntrate ahora en tus amigos, en lo bueno que tienes ahora porque lo malo del pasado se esfumó de tu vida.
── Está bien ── parló mientras dejaba su cabeza en el hombro de su madre.
── ¿Quieres que duerma contigo? ── el menor asintió con su cabeza.
Al despertar Dohee solo preparó unas tostadas y los dos se fueron, Dohee a su trabajo y Doyoung al colegio.
El pelinegro al llegar al edificio se encontró con Yuta y Taeyong hablando animadamente parados cerca de la entrada.
── Buenos días ── dijo el pelinegro con una sonrisa brillante mientras se paraba junto a ellos.
── Buenos días, aunque parece que estuvieras muerto en vida ¿Dormiste bien? ── preguntó Yuta frunciendo el ceño al notar las ojeras gigantes del otro.
── Que osado de tu parte pensar que dormí ── habló para luego soltar un bostezo.
── Cierto, mi error. Me olvidé de que eres Batman, estúpido.
El timbre indicando el inicio de clases sonó y los tres se fueron de una vez a su respectivo salón.
En el descanso Doyoung fue al baño encontrándose otra vez con el castaño de nombre Jung Jaehyun.
── Parece que este lugar tiene un imán para atraernos solo a nosotros dos ── le dijo el castaño al otro con una sonrisa divertida cuando el pelinegro salió del cubículo.
── No es eso, es que yo tengo la costumbre de ir al baño en los descansos...
── Para qué no tengas ganas de ir al baño en clases ¿Cierto?
── ¿Cómo sabes? ¿Eres un agente de la Interpol?
── No, soy un trabajador de Facebook.
── Lo mismo, te espían de la misma manera, pero en serio ¿Cómo adivinaste?
── Porque ese es mi caso, Doie ── dijo con una leve sonrisa.
Doyoung no sabía que truco de magia hacía el castaño que de repente aparecían mariposas revoloteando en su estómago cada vez que el otro le sonreía y ese revoloteo fue más intenso luego de escuchar ese apodo.

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Doll ── Jaedo
Fanfiction𝐌| ❝ ── ¡Papá! Cómprame algo. ── ¿Qué quieres? ── A él ❞ Inicio: 8 - 03 - 2021