Jaehyun se encontraba corriendo desesperadamente lo más rápido que podía ya que un perro lo estaba persiguiendo e intentaba morderlo.
En un momento apareció otro niño que rápidamente se agachó para agarrar una pequeña piedra y con cuidado y suavidad la lanzó y así logró ahuyentar al chihuahua que perseguía al pequeño niño castaño.
── ¡Listo! ¡Ya se fue! ── le gritó el pequeño pelinegro para que el otro volteara cosa que hizo segundos después, el castaño volteó a mirarlo encontrándose con la sonrisa más linda que había visto.
── ¿Cómo te llamas? ── le preguntó rápidamente al colocarse delante del pelinegro.
── Kim Dongyoung, pero me dicen Doyoung ── habló con su gran y hermosa sonrisa.
── Acompáñame a mi casa, un momento ── le propuso agarrando su muñeca con un poco de cuidado y rapidez.
── Está bien ── dijo alzando los hombros.
Se fuero caminando rápidamente de ahí, al llegar a la casa del castaño este se fue a hacia donde se encontraba su padre mientras el pelinegro se quedó en la puerta mirando hacia todas partes hasta el momento en el que vio a su madre salir de la cocina de esa gran casa.
── ¡Mamá! ── dijo fuertemente el pelinegro para llamar la atención de su madre mientras que corría hacia ella haciendo que todos ahí lo mirarán.
── Doyoung ¿Qué haces aquí? ── preguntó ante la repentina presencia de su hijo.
── Mi tía me dijo que te tenía que entregar esto ── dijo sacando una nota muy arrugada de sus pantalones de jean claro.
La mayor al leer lo que decía la nota se alarmó en demasía. No sabía que hacer en ese momento y entró en un gran desespero.
"¿Y ahora que hago?" Se preguntó con exasperación. La nota decía que su hermana se iba a mudar a Japón, que ya no podría cuidar más a Doyoung por ella y que tenía que ver cómo se las arreglaba.
Mientras tanto, en la charla del Jaehyun con su padre era un aura muy distinta y el tema no era el mismo, ni siquiera parecido.
── ¡Papi! Quiero que me compres algo ── habló el pequeño Jaehyun con un puchero voluntario.
── ¿Y qué es eso que quieres? ── preguntó su padre con una sonrisa brillante dispuesto a aceptar lo que su hijo pidiera.
── A él, es un héroe ── parló y luego señaló al pequeño pelinegro que estaba con su madre.
Su padre quedó pensando unos momentos en si decir que sí o decir que no, no le gustaba negarle nada a Jaehyun, pero tampoco le iba a comprar a otro niño.
── Está bien ── aceptó soltando un pequeño suspiro haciendo que el menor sonriera de alegría abrazándolo.
── Gracias, eres el mejor.
Ahora sí padre tenía una gran duda ¿Cómo haría para "comprar" a ese niño?
La cocinera de nombre Dohee llamó al dueño de la casa para pedirle algo muy importante.
── ¿Para qué me llamó? ── preguntó el hombre mirando atento a la mujer que tenía delante.
── Señor, necesito un favor... ── él asintió con la cabeza haciendo que ella siquiera con su petición ── Necesito que mi hijo se quede aquí, al menos hasta que encuentre a alguien con quien dejarlo ── suplicó esperando comprensión por el señor que tenía delante.
Ahí a él se le prendió el foco con lo que le había pedido su niño hacía unas horas atrás.
── Está bien, se puede quedar todo lo que necesites. Mientras no haga desastres ni cause problemas ── dijo con una gran sonrisa.
── ¿En serio? ── preguntó sorprendida y él asintió con la cabeza ── Muchas gracias ── dijo haciendo una reverencia en forma de agradecimiento.
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── Él es mi hijo, Kim Dongyoung, pero le digo Doyoung ── dijo la cocinera presentando a el lindo niño que estaba delante de ella.
── Ay, es muy lindo ── dijo la señora Hyunli, la dueña de la casa mientras se agachaba a la altura del pequeño.
── Su esposo dejó que se quedara aquí ya que no tengo con quien dejarlo. Mi hermana se va para Japón y su padre no responde las llamadas ── dijo Dohee con la voz entrecortada agarrando los pequeños hombros de su hijo.
── Claro que se puede quedar aquí, siempre y cuando no haga desastres y sea un niño bueno.
── No causará ningún problema, se lo prometo. Él es muy calmado.
── Pequeño ── dijo Hyunli llamando la atención del menor ── ¿Cuántos añitos tienes?
Doyoung alzó sus manos y con sus deditos indicaba el número 6.
── Ay, mi hijo Jaehyun tiene cinco.
De repente la señora se fue un momento y al regresar no iba sola, un pequeño niño un poco gordito estaba a su lado agarrando la mano de la señora.
De un momento a otro al pequeño castaño se le iluminaron los ojos y con una sonrisa corrió hacia el pequeño pelinegro para agarrarlo por la muñeca mientras el otro simplemente lo miraba un poco extrañado.
── ¡Sí! ── chilló emocionado el pequeño castaño.
── ¿Qué pasó Jaehyunnie? ── le preguntó su madre ante la reacción del pequeño que dejó a todos desconcertado.
── Ahora es mío ── dijo con una sonrisa inocente mientras que Doyoung seguía sin entender nada.
