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Su graduación fue linda, tranquila y sencilla. Se sintió sumamente feliz cuando lo llamaron para tomar su medalla como el mejor promedio de todo el curso y su mamá casi lloraba del orgullo que sentía.

Al terminar fueron al apartamento ya que tenían que arreglarse para la fiesta de graduación de la noche.

Doyoung se arregló lo mejor posible, se colocó un lindo traje de color gris que su mamá le había mandado a hacer a la medida. Le quedaba perfecto y resaltaba sus hombros un poco anchos, su pequeña cintura y sus largas piernas.

Le dijo a su madre que quería usar maquillaje, ella gustosa se ofreció a maquillarlo y él aceptó con una sonrisa dejando que su madre hiciera magia con sus ojeras.

Al verse al espejo vio su rostro brillante por el iluminador, sus ojeras cubiertas casi imperceptibles, sus cejas más pigmentadas, y sus labios más rosados y brillantes de lo normal. Parecía un lindo muñequito de porcelana.

──Listo, te ves precioso, Doie... ¿Ya nos vamos? ──preguntó la adulta y su hijo asintió con la cabeza y una sonrisa gigante.

Y partieron hacia el salón que había alquilado el colegio para aquella celebración.

Cuando llegaron vieron que habían muchas otras personas ahí y entre ellas Doyoung pudo ver a Taeyong y sorpresivamente a Jaehyun también.

Se acercó primero hacia Lee dejando a su madre hablando con la mamá de él.

Cuando el pelirrojo lo vio sonrió con alegría y un brillo hermoso en sus ojos que hacía que su estómago se retorciera de mil maneras diferentes.

Empezaron a hablar con normalidad, compartiendo sonrisas y disfrutando de ese lindo y cómodo ambiente, Taeyong siempre lo hacía sentir cómodo.

Cuando empezaron a colocar música los dos adolescentes empezaron a bailar junto a Yuta que llegó hacía unos minutos porque dijo que sus padres le estaban festejando aparte su graduación.

Entre canción y canción vieron que Yuta sacó a bailar a una linda chica de su clase y ellos siguieron disfrutando sólo los dos.

──Tae, tengo que hablar contigo ──dijo Kim casi gritando por lo fuerte que estaba la música.

──Está bien, salgamos porque la música no nos va a dejar.

Salieron de ahí hacia el estacionamiento del lugar y ahí dirigieron toda su atención hacia el otro ya que no tenían ninguna distracción.

──Bueno ¿Qué tienes que decirme? ──preguntó Lee mientras se movía sobre sus pies de alante hacia atrás nervioso por lo que fuera que le dijera el otro.

──Es que... Me mudaré a Busán en un mes ──soltó mientras jugaba con sus manos nervioso y a la vez triste.

──¿En serio? ──el azabache asintió ──No sé qué decir, no quiero que te vayas, pero sé que lo harás igualmente... Solamente te digo que te visitaré así te vayas para Saturno, siempre estaré contigo ──dijo y sus ojos brillaban mientras dejaban escapar varias lágrimas al igual que los ojos de Doyoung.

──También estaré siempre contigo, Yongie ──habló el menor y abrazó al mayor con cariño mientras ambos empapaban el hombro del otro con sus lágrimas saladas.

Luego de unos minutos en aquella situación decidieron volver a entrar al salón y Doyoung se separó de Taeyong diciéndole que tenía que hacer algo y fue en busca de un castaño de nombre Jaehyun que estaba en una mesa solo junto a Johnny Suh, un chico de otro salón.

──Hola ──saludó el azabache al llegar a la mesa y los dos chicos dirigieron su mirada hacia él.

──Voy un momento al baño, ya vuelvo ──dijo Suh mientras se levantaba de su silla y se iba de ahí.

──Jae, tengo que hablar contigo ¿Quieres salir un momento?

──Claro, vamos.

Doyoung llevó a Jaehyun al estacionamiento y se puso unos momentos a detallar al chico que tenía delante; sus ojos curiosos y expectante lo miraban con atención, su nariz y sus mejillas tenían un lindo color carmín tintado en ellas y tenía una linda sonrisa que marcaba sus lindos hoyuelos.

──¿Qué quieres decirme?

──Ah, sí... Me iré a vivir a Busán y quería despedirme de ti. A pesar de que hemos tenido una relación rara, te quiero decir que te quiero y sentía que me tenía que despedir ──espetó con una pequeña mueca mientras movía sus manos un poco nervioso.

──Oh, bueno... Espero que te vaya muy bien allá ──habló a la vez que pensaba que decir, se sentía extraño y no podía ni siquiera mirar al otro a la cara, así que miraba hacia todas partes intentando no parecer desinteresado o grosero.

──Espero que nos volvamos a ver en algún momento ──y dejó un pequeño beso en la mejilla del otro.

Después de eso los dos se fueron de ahí, Jaehyun para cualquier parte y Doyoung para dónde estaba Taeyong.

Después de eso los dos se fueron de ahí, Jaehyun para cualquier parte y Doyoung para dónde estaba Taeyong

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Lo besó con fuerza y vehemencia mientras lo embestía con lentitud en aquel cubículo del baño.

──Dios, Doyoung ──gimió Taeyong no muy fuerte a la vez que sentía los labios del azabache besar su cuello.

──Cállate, Yongie ──dijo el otro mientras seguía dándole embestidas a aquel pelirrojo que intentaba suprimir todas sus ganas de gemir o emitir cualquier otro ruido, por si alguien entraba al baño...

Pero lo que no sabía ninguno de los dos es que a dos cubículos estaba Jaehyun llorando silenciosamente por aquel chico de cabellera azabache que sabía que no le importaba lo más mínimo su persona.













Nota de autora:

¡Buenas!

Este es el final de la segunda parte.

¿Tierno, no?

Les juro que estaba a punto de llorar escribiendo la despedida de Jaehyun con Arcade de fondo.

Esto de escribir cosas que no son bonitas me gusta, pero me dan ganas de chillar cómo perro atropellado.

Bye, bye~

Doll ── JaedoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora