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La presencia de su madre se notaba demasiado incluso en su estado de ánimo, más que todo porque la comida de Dohee siempre le alegraba.

──Doie, hoy vendrán tus tíos a visitarnos ──avisó su madre con una mueca, ya que esa no era una grata noticia.

Doyoung sólo sintió como su felicidad se iba y lo empezaba a invadir puro y llano miedo; sus manos empezaron a temblar de un momento a otro y su mirada ya no estaba fija en su madre, sólo miraba hacia todas partes intentando buscar un escape.

──D-diles que no vengan ──habló los más rápido que pudo, trabándose en cada una de las palabras que dijo.

──No le puedo decir, me dijeron que ya están cerca.

──¡No pueden venir! ──gritó alterado mientras sentía cómo las lágrimas se acumulaban en sus ojos simplemente por pensar en aquella pareja salida del mismísimo Tártaro.

──Doie, cálmate. No te va a pasar nada ──en un intento de sacar a su hijo de aquella pesadilla que estaba teniendo despierto se acercó a él, pero éste la apartó.

──¡No pueden venir! ¡Mamá, no pueden venir! ¡No los quiero ver! ¡No los puedo ver! ──exclamó mientras se sentaba en el sofá y abrazaba sus piernas y ocultaba su rostro en ellas.

──Doie ¿Qué te pasa? Sólo olvida por un momento lo que te hizo ella. Los sacaré de aquí lo más rápido posible ──dijo su madre mientras acariciaba la espalda de Doyoung con delicadeza intentando calmarlo, pero no lo logró ni siquiera un poco.

──¡Son los dos, mamá! ¡Los dos me hicieron daño y lo pueden volver a hacer!... Tengo miedo ──lo último fue un susurró que Dohee apenas y pudo escuchar.

A Dohee el miedo que tenía Doyoung al principio le parecía un poco exagerado, ya que objetivamente Doyoung en ese momento era mucho más grande que Jung Ji y no podría hacerle ningún tipo de daño si él no quería. Pero luego de que le dijera eso quedó pasmada en su lugar sin saber que era lo que quería decir Doyoung.

──¿Qué? ¿Qué te hizo Ji Hyun? ──preguntó con miedo a la respuesta que podía recibir.

──Él me violó. Él me violó ──repitió varias veces como si diciendo aquello le dejaría de afectar o al menos no fuera tan doloroso de recordar.

Dohee quedó congelada, no sabía que hacer. Sabía que Doyoung no le mentía, su reacción a la noticia de verlos se lo decía y se lo reafirmaba al sentir el escalofrío que recorrió el cuerpo de su hijo luego de que ella pronunciará su nombre. Lo único que pudo hacer en ese momento era llorar, arrepentirse de dejar a su amado hijo con aquellas personas que lo dejaron atormentado.

──No pueden venir, me pueden volver a dañar ──repetía en pequeños susurros que hacían que su madre llorara mucho más.

──No quiero que lleguen ──seguía repitiendo mientras se mantenía en su nube de miedo y terror.

Y Dohee sintió un espasmo en el cuerpo de su hijo cuando escucharon como alguien tocaba la puerta sabiendo quienes eran los que se encontraban al otro lado de ella.

──Doie, ve a tu cuarto. No quiero que los veas ──dijo su madre seria mientras se limpiaba las lágrimas que dejaron de caer al sentir un gran enojo por los recién llegados.

Doyoung como pudo se levantó de ahí y se fue a su habitación cerrando la puerta con seguro.

Escuchó como su madre abría la puerta y luego habló.

──Váyanse ahora ──habló de una vez Dohee.

──¿Por qué? Vinimos a visitarlos ──esa fue Jung Ji.

──Pero no queremos su visita. Váyanse.

──Pero queremos ver a Doyoung, ha pasado mucho tiempo ──ese fue Ji Hyun.

Un escalofrío recorrió su cuerpo al escuchar su voz y escuchar su nombre salir de su boca.

──¡Que se vayan! ¡No los queremos volver a ver! ──gritó su madre, se podía notar que ya estaba iracunda.

──¿Por qué? Pensé que habían perdonado lo que hice ──dijo Yunki.

──Si claro, perdonadísima. Si quieres también perdono a este pederasta ¿No?

──¡¿Qué?! ¡Doyoung, ven aquí! Sé que estás aquí ──gritó Ji Hyun, se notaba molesto y el cuerpo de Doyoung tembló despavorido al escuchar eso y sus pasos acercarse a la puerta de su habitación que era la única que estaba cerrada.

──¡Tú no lo verás, infeliz! ──gritó su madre mientras sentía que los pasos se detenerse y oyó una cachetada.

Salió alterado porque no sabía hacia quien iba y tenía miedo de que fuera hacia su madre.

──¡Váyanse antes de que llame a la policía! ──gritó su madre mientras se acariciaba la mejilla debido a la cachetada que acababa de recibir.

Y los dos desaparecieron en un dos por tres.

──Mamá ¿Estás bien? ──preguntó Doyoung abrazando a su madre con todas sus fuerzas.

──Sí, sólo saldré un rato ¿Okey? ──dijo mientras se separaba del cuerpo de su hijo y éste asentía.

Luego de que su madre salió del departamento lo único que pudo hacer fue llorar, no sabía que otra cosa hacer. Temblaba de simplemente recordar cómo él gritaba su nombre y la mirada que recibió de su parte cuando lo vio, no sabía por qué tenía miedo si ya no estaban ahí, pero aún así lo tenía.

Luego de unos minutos escuchó la puerta ser golpeada y con miedo de que fueran ellos otra vez vio por la mirilla y abrió la puerta con rapidez para abrazar a la persona que estaba del otro lado que lo abrazó de vuelta con cariño.

──¿Qué pasó? ──preguntó mientras escuchaba los sollozos del azabache.

──No te vayas, Jaehyun ──rogó mientras se aferraba más al cuerpo del otro.

──No lo haré, Doie.

Doll ── JaedoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora