Doyoung se encontraba sentado tranquilamente en uno de los sofás de la sala de estar sin hacer absolutamente nada, solo pensaba en cualquier cosa y movía sus pequeñas manos con suavidad hasta que vio hacia la ventana, el día estaba muy lindo. Había un arcoiris decorando el cielo ya que haces unos cuantos minutos llovió un poco, el cielo ya estaba de un hermoso color azul cian y con pequeñas nubes blancas que de vez en cuando tapaban los rayos del sol que estaba sumamente brillante. El pequeño decidió salir al menos un momento, pero antes necesitaba el permiso de su madre.
── ¡Mami! ¿Puedo salir a jugar? ── le preguntó el pequeño pelinegro moviéndose de un lado a otro cuando llegó a la cocina. Por un pequeño momento su progenitora volteó a verlo.
── No ── dijo secamente mientras se dedicaba a lavar los cuchillos que había usado con anterioridad.
── ¿Por qué? ──inquirió acercándose más a su madre. En su cabecita no había ninguna razón para negarse, él solo quería salir un ratito y no le veía nada malo a eso.
── Porque no y punto, ve a la sala si quieres ¿Ya hiciste la tarea? ── indagó alzando una ceja volteando a verlo por otro momento y él infante asintió con la cabeza ── puedes ir al cuarto a ver televisión.
Y tan diligente como es se fue a la recamara que compartía con su madre en esa gran casa y se sentó en la cama a ver televisión luego de encender este. No le gustaba desobedecerla y si le decía que no, era no.
Pasaron los minutos, los minutos se convirtieron en una hora hasta que alguien llegó a la puerta de la habitación y tocó esta con un poco de fuerza, específicamente el pequeño castaño de grandes mejillas.
── Doyoung, vamos a jugar afuera ── ordenó con una tierna sonrisa y unos juguetes en sus manos.
── No puedo ── informó el pequeño pelinegro volteando a verlo con una pequeña mueca.
── ¿Por qué no? ── preguntó mientras inclinaba su cabeza hacía un lado al no tener ninguna respuesta razonable para su pregunta.
── Mi mamá no me deja ── dijo con la cabecita baja como un acto involuntario de resignación.
Y Jaehyun sin decir más se fue de ahí rápidamente hacia la cocina mientras Doyoung volvió a fijar su mirada en el televisor.
── ¡Dohee! ── llamó Jaehyun con un pequeño grito a la cocinera haciendo que esta volteara rápidamente.
── ¿Qué sucede? ── le preguntó amablemente la señora dedicándole una linda sonrisa.
── ¿Doyoung pude salir a jugar conmigo? ── preguntó moviendo su piecito de un lado a otro.
── Claro ── dijo con una sonrisa mientras volteaba para ver el horno ya que en este estaba cocinando una torta.
Y luego de que ella dijera eso el se fue de nuevo hacia la habitación en la que estaba el pelinegro viendo una serie infantil tranquilamente.
── ¡Doyoung! ── llamó el castaño al otro haciendo que este volteara ── Vamos a jugar afuera.
── No puedo ── dijo otra vez ante la propuesta del otro.
── Si puedes, tú mamá me dio permiso ── dijo con una sonrisa halándolo de la muñeca para que se bajara de la cama.
── Está bien, gracias ── habló y al terminar de bajarse abrazó al otro un momento en forma de agradecimiento y el otro se sintió bien y sonrió por eso.
Luego se fueron a jugar unas horas allá en el patio, estaban muy felices y entretenidos, una que otra caída al correr causando pequeños moretones en sus piernitas, pero eso no quitaba la diversión de ninguno de los dos. Al volver a entrar la nana de Jaehyun los mandó a bañar y ellos tan diligentes hicieron caso.
En la noche ya todos iban a dormir y con ellos también estaban incluidos Dohee y Doyoung. Los dos estaban acostándose en la cama para poder dormir de una vez, pero de repente Doyoung sintió un fuerte pellizco en su brazo derecho y se extrañó por eso.
── ¿Por qué me pellizcas? ── preguntó el menor con sus ojitos brillantes debido al dolor que acababa de sentir.
── Porque si yo te digo que no puedes salir es no y no deberías decirle a Jaehyun que me pregunte para que puedas hacerlo ── dijo entre dientes dándole otro pellizco igual de fuerte en el brazo a su hijo haciendo que a él le salieran lágrimas de sus ojitos.
── Pero yo le dije que no y el fue solo a preguntarse ── habló con la voz entrecortada.
── No digas mentiras que eso es malo, Doyoung ── y otro pellizco más fue proporcionado en el brazo del pequeño pelinegro haciendo que este colocara su manito en ese y empezara a acariciarse la zona afectada en un intento de que ya no le doliera.
“Pero no es mentira” dijo en su cabeza para que su madre no siguiera pellizcándolo y poder dormir de una vez.
Y luego de unos minutos llorando silenciosamente para que su madre no se diera cuenta y no lo siguiera pellizcando, pudo conciliar un sueño profundo.
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Doll ── Jaedo
Fanfiction𝐌| ❝ ── ¡Papá! Cómprame algo. ── ¿Qué quieres? ── A él ❞ Inicio: 8 - 03 - 2021