Capítulo 13 | Callum Waldorf

5.5K 821 172
                                    

FRANCESCA

Francesca entró en uno de los altos edificios acristalados de The Loop con total decisión, con la mirada fija en su objetivo y sin dejar que ningún otro pensamiento intrusivo cruzase su mente. Sabía lo que tendría que hacer para conseguir un favor de Callum Waldorf. Y lo haría.

Llegó al último piso en apenas dos minutos. El ascensor se abrió y ella se dirigió directamente a la puerta acorazada que separaba el conglomerado empresarial de la vivienda privada y personal de su dueño. Cerró los ojos unos segundos antes de llamar con los nudillos, sintiendo el frio material bajo su piel. Ella sabía que Callum Waldorf ya la estaba observando. Desde que puso un pie en ese edificio lo estaba haciendo.

Las puertas se abrieron tras lo que le pareció una eternidad y vio ante ella a uno de los hombres más atractivos y poderosos que jamás había conocido a lo largo de su vida. Para ser centenario, Callum Waldorf se conservaba increíblemente bien. Aparentaba tener cerca de cuarenta años, era alto y muy fuerte. Era posible percibir su musculatura bajo la camiseta de lino que llevaba puesta.

—Francesca —saludó con voz grave.

Levantó la mirada y enfrentó sus ojos unos instantes. Los de Callum, casi grises y rasgados, parecían traspasarla. Ella se sintió inquieta. Hacía muchos años que no se veían.

—Debe ser importante, si has venido hasta aquí sin avisar... y sin arreglarte —apuntó él con una suave sonrisa, antes de apartarse de la puerta de entrada y dejarla pasar—. Te pondré una copa de Vega Sicilia, recuerdo que te gustaba.

Francesca puso un pie dentro de ese ático. Obligándose después a poner el otro y avanzar despacio hacia dentro sin todavía contestarle. La puerta emitió un ligero ruido y se cerró de forma automática a sus espaldas. Frannie la miró durante unos instantes y rechazó los recuerdos que se le amontonaron en la mente. Callum percibió aquello, podía percibirlo todo.

—No está cerrada con llave, puedes irte cuando quieras —Callum terminó de servir dos copas de vino tinto en su minibar y le dirigió una sonrisa sesgada—. Ponte cómoda.

Francesca le estudió con la mirada y dejó el bolso que contenía el joyero y la tiara en uno de los sofás de cuero blanco de ese salón. Se acercó despacio hacia los ventanales, desde allí se podía ver toda esa ciudad. Callum tenía razón, ella jamás había ido allí sin avisar y mucho menos sin arreglar. Ni siquiera tenía puesta una camiseta, solo el bralette con el que había estado tomando el sol y una falda oscura desgastada. Tampoco es que le importase, lo que le inquietaba era ese lugar.

—Gracias —dijo finalmente, cogiendo una de las copas.

Callum la observó unos instantes mientras ambos probaban el vino en silencio y se apoyó en la mesa de granito del salón.

—Debe de ser importante.

—Lo es.

—Te escucho.

Francesca dio un largo trago a la copa de vino antes de dejarla en una de las repisas de los ventanales. Se acercó hacia el sofá, cogió el joyero que guardaba en el interior de su bolso y se lo tendió a Callum manteniendo cierta distancia.

—Las piedras son mías —le advirtió.

Callum dibujó una suave sonrisa mientras dejaba su copa en la mesa y abría su contenido. Permaneció callado unos instantes antes de enfrentar a Francesca a los ojos, evidentemente él jamás pensó que Frannie de verdad conseguiría recuperar esa pieza.

—¿Te has probado la tiara?

—Todavía no.

—La brujería que contiene está hecha para atraparte, Francesca, y casi lo hace —Callum sacudió levemente la cabeza—. Valerie Lancaster puede no ser la heredera de sangre de esta corona, pero debes reconocer que no es tonta.

Cuando fuiste mía (LA GLIMERA #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora