Uniendo lo Perdido

Capítulo XXVII

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“Okaa-san ¿acaso escuche mal?, o dijiste que tenemos que ir a la Casa del Líder del Clan” dijo Obito con algo de pánico. Él todavía no había planeado conocer a la familia principal y no, Obito no era tonto el sabia que en algún momento tendria que ir al complejo, pero no pensó que tan pronto, no hasta al menos unos años.

Kyomi dejó el pergamino arrugado a un lado y se acercó a Obito poniendo sus manos sobre los hombros del Omega menor, para tratar de calmarlo. “Cariño, sé que estás nervioso, pero esto es algo que no podemos evitar”

Obito suspira “Yo..yo lo se Okaa-san, simplemente pensé que teníamos más tiempo”

“Supongo que es hora de presentarte al Clan Uchiha formalmente, cariño”

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Tajima los había citado al mediodía para la mala suerte de Obito, ¿porque diablos tenía que invitarlos a esta hora del día? Justo cuando la gente está más agitada en el Clan.

Su madre se habia puesto un Kimono morado oscuro con un Obi negro, su cabello recogido en una coleta alta y un maquillaje sencillo.

Mientras Obito llevaba un Kimono negro con un Obi escarlata, había dejado su cabello suelto, el cual le llegaba a la mitad del pecho y para acompletar se había puesto la gargantilla escarlata que su abuelo le regalo. La cual combina con su Obi.

A diferencia de otras ocasiones no llevaban lujosos Kimonos o Yukatas ya que esta no era una  visita a un poderoso noble, esta vez iban a ver al líder de su Clan y era considerado una falta de respeto usar ese tipo de ropa en un almuerzo simple como este. Esa vestimenta se ocupa normalmente para los festivales y celebraciones. Por lo que tuvieron que buscar en sus armarios los Kimonos más simples que tuvieran.

Obito suspiro y siguió caminando junto a su madre por el camino de tierra que lleva al complejo central.

El complejo Uchiha tenía dos muros, el principal que era el más grande ya que rodeaba todo su Clan, donde se hacían las guardias y los Shinobis realizaban sus actividades como el entrenamiento. 

El segundo muro que era el más pequeño, era el que rodeaba los hogares de los miembros del Clan, así como las zonas de cultivo y el mercado. Este fue construido como la última defensa en caso de que atacaran el complejo.

La casa de Obito está ubicada fuera del segundo muro, alejada del Complejo central y para pasar hacia el Clan debes entrar por la puerta de vigilancia donde normalmente se registran los Shinobis después de regresar de misión.

Lugar que acaban de pasar hace unos momentos, Obito se sentía incómodo viniendo al Clan en especial por las segundas miradas que estaba recibiendo y no, no proyectaban lujuria como los civiles pomposos de la Capital. 

En cambio proyectaban asombro y sorpresa.

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Su madre caminó tranquilamente por el camino de piedra de la casa del Líder del Clan, Obito siguiéndola de cerca.

Cuando llegaron a la entrada de la casa, la puerta se desliza revelando a un hombre alto, cabello puntiagudo negro, vestido con unos mantos oscuros. Un olor fuerte a madera de pino y ceniza invade la nariz de Obito y sabe al instante que el hombre era un Alfa muy fuerte.

Detrás de él Alfa, un niño de la edad de Obito, piel pálida, dos mechones de cabello enmarcando su rostro, muy parecido a Sasuke. Tiene un olor parecido al de su padre, un olor fuerte a madera de pino pero con un toque de naranjas, que Obito cree que heredó de su madre Omega, Uchiha Haruki.