Capitulo LIII

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Acababa de acostar a Kagami en su cuna al lado de su cama y Obito no podía dejar de pensar en lo que sucedió hace 1 semana, en especial porque mientras recordaba lo que sucedió con Madara, se dio cuenta de algo muy importante, ignorando claramente los escalofríos que le daban al pensar en esas manos callosas sobre su piel.

"Madara" Obito gimió, sus manos jalando el cabello del Uchiha sacando un del gruñido Alfa "Ma-"

"Entonces dijo que si" voces extranjeras lo regresaron a la realidad tanto a él como al Alfa. Obito miró con los ojos abiertos a través de los árboles viendo a dos hombres civiles que caminaban hacia el otro lado.

"Así es, fue complicado sin embargo, aceptó el negocio" le contestó el otro y siguieron caminando, alejándose de ellos dos sin darse cuenta de su presencia.

Regresando en sí mismo, Obito salto alejándose de Madara y tomando la faja roja que había tirado el Alfa hace un rato, se acomodo su camisa y se la ato.

Tan pronto como se terminó de arreglar dos brazos lo atrajeron en un abrazo posesivo y un aliento caliente invadió su cuello poniéndolo nervioso "¿A donde crees que vas?"

Obito se estremeció al escuchar el tono ronco y oscuro del Alfa, que claramente se notaba No satisfecho con esta situación.

Y Obito lo sabía mejor, esta no era una situación en la cual podía enfrentarse y luchar, no, claro que no...

Esta es una situación de huida.

"T-te veo después" Obito tartamudeo sonrojado y nervioso, tiró con fuerza los brazos de Madara, se giró y le dio un beso en la mejilla rápidamente "Te veo en el Clan" dijo apresuradamente notando los ojos oscuros del Alfa y desapareció en un destello.

Obito se acomodo de golpe y- "¡estupido! ¡estupido! ¡ESTUPIDO!" se gritó a sí mismo al darse cuenta de su estupido error sin acordarse que Kagami dormía a solo unos pasos de él, agradece a su yo pasado que puso sellos silenciadores alrededor.

Se pasó una mano por el cabello y suspiro.

Obito había mostrado el Hiraishin a Madara.

Obito había usado el maldito Hiraishin frente al Madara jodido Uchiha.

Miro la hermosa Águila que estaba dormitando en su ventana y luego miro los regalos que recibió hace unas horas y Obito no pudo evitar los nervios que gritaban en su interior junto con la calidez de la felicidad.

Había un águila dorada afuera de su ventana que trajo un paquete hace unas minutos y Obito lo había abierto, era un pequeño pergamino con un sello de invocación, lo examino rapidamente buscando alfuna trampa, al no entontrarla lo abrió con chakra y se encontró con un pequeño cofre de color negro, con bordes plateados y morados, unas rosas rojas y una carta.

Abrió el cofre que tenia un interior acolchonado de color morado oscuro y Obito jadeo con sorpresa al mirar el bello regalo. Lo tomó en sus manos y no pudo evitar sonreír, era una bella gargantilla de plata hecha tan finamente que parecía una pieza de encaje, con un corazón de amatista colgando en el centro, tallado en el centro de la piedra estaban escritas las palabras "mi bello angel"

Era sin duda una hermosa pieza de joyería y Obito sabía que no debía haber sido nada barata, este tipo de piezas solo se venden en el País del Hierro y casi nunca se venden a los extranjeros.

Suavemente colocó la gargantilla dentro del cofre y lo dejó sobre la cama, miro las rosas y las olió por un momento dejándolas junto al cofre y tomó la carta, solo para suspirar y decidir leer más tarde.

Obito miro el sobre negro con el simbolo Uchiha y se mordió el labio con nervios, lo abrió y extendio la hoja mirando brevemente la elegante caligrafia.

Mi bello angel

Te pido disculpas por haber perdido el control aquella noche mi hermoso Obito pero no pude evitarlo.

Tan pronto como la puerta de tu habitación se abrió no pude evitar notar el aroma de alguien más y mis emociones me..dominaron.

Pero lo que acabo con la poca cordura que me quedaba, fuistes tu mi Angel, estabas con tu hermoso cabello atado con ese liston rojo que combinaba perfectamente con tu piel palida que brillaba con la luna que entraba por la ventana, tus labios rojos tan bellos y tus ojos negros soñolientos. Era simplemente una imagen que no pudo evitar atacar mi corazón, mi alma y mi mente con emociones que ni yo mismo llego a entender por completo.

Puedo ser un genio en batalla pero cuando se trata de ti mi querido Obito, siempre me convertiré en un desastre emocional.

Entonces tan pronto como hablamos en tu habitación...yo me deje llevar y al siguiente momento te tenia en mis brazos, protegido del mundo. Recargado contra aquel árbol en el bosque, tu cuello mostrándose tan bellamente ante mí y tanta piel suave y pálida a la vista, incluso ahora mis dientes todavía duelen debido a la imagen tan emocionante que pintas en mis recuerdos.

Yo...mi alfa no puede evitar gritar de emoción y furia cada vez que pienso en ese excitante momento que tuvimos y mis manos recorrieron tu piel mientras mordía todo lo que estaba a la vista y te reclamo como mío.

Pero incluso yo se que aquel día llegue demasiado lejos y me propase más de lo debido contigo en mi momento de emoción y me disculpo por eso, ya que ese no era ni el momento ni el lugar adecuado para ello, incluso si a mi no me hubiera importado reclamarte tan pronto cuando nos encontremos solos.

Por favor acepta estas sinceras disculpas, mi hermoso Obito y perdona a este Alfa que corre enamorado detrás de ti.

Te amo

Madara Uchiha.

"Oh madara" Obito susurro con su rostro sonrojado, tomó una de las rosas y la recargó contra su mejilla una lágrima deslizándose de sus ojos "yo también te amo" beso la flor "pero mi corazón también canta por alguien más"

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Uniendo lo PerdidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora