Capítulo XLIII

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Regrese!!!! ya extrañaba escribir y mis exámenes finales terminaron casi saltó de alegría pero bueno pasemos a los que muchos esperaban, ¡Que inicie el capítulo señores y señoras!

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Obito e Itama rápidamente llegaron a la sala del trono del Daimyo, las enormes puertas de hierro con hermosos detalles e incrustaciones de gemas abiertas para los invitados, enormes pilares de cuarzo a los laterales, gente elegante y noble caminando de un lado a otro con sus ropas más finas y caras, pláticas silenciosas y educadas, mentiras y sonrisas llenas de burlas ocultas detrás de una máscara estoica y sonrisas amables y en el centro de ellos está el Daimyo de fuego, Takao Suoh quien está acompañado de sus dos concubinas que colgaban elegantemente de cada brazo del Daimyo.

Ambas eran mujeres muy hermosas, eran gemelas de cabello rubio pálido, parecido al de un Yamanaka y ojos azules brillantes, vestían kimonos muy lujosos de color rojo y dorado, las joyas esparcidas por toda su ropa, maquillajes fuertes y algo ostentosos, cuerpos realmente curvilíneos.

Obito siendo sincero consigo mismo cree que esas gemelas se parecen más una de esas mujeres que encuentras en los barrios bajos de Kirigakure, que vendieran su cuerpo por un poco de oro.

Aunque siendo sinceros Obito cree que al menos las mujeres de Kirigakure tienen más respeto y dignidad que esas dos concubinas juntas en toda su vida.

Obito se burla internamente y no tiene que mirar a Itama para decir que piensa lo mismo que él.

Esas mujeres tratan de lucir algo que no son..ni serán.

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La fiesta ocurre como cualquier otra, conversaciones neutrales entre los líderes de Clan invitados por el Daimyo de fuego, entre ellos el Clan trinidad que son los Yamanaka, Nara y Akimichi.

Las burlas e insultos clásicos de los nobles hacia aquellos que son más humildes que ellos.

Y..las miradas con doble intención dirigidas hacia otras personas, en este caso la mayoría centrándose en el e Itama.

Obito sonríe interiormente al ver la pequeña vena de enojo en la frente de Itama a pesar de que tiene su rostro frío e indiferente.

Obito entrelaza su brazo con el de Itama y rápidamente se acercan a los invitados y saludan educadamente, siendo los primeros los nobles, ya que siempre son muy impacientes cuando se les ignora por mucho tiempo, a Obito le recuerdan mucho a un niño que hará un berrinche magistral si no le dan lo que quiere.

Hasta ahora solo hay cinco familias nobles que le interesan a Obito, tres de las cuales están afiliadas al tercer príncipe. Las familias Hiromasa, Yosuke y Okura.

La familia Hiromasa es conocida por sus habilidades de Herrería, siendo ellos los principales vendedores de armas Shinobis en la Capital y uno de los más importantes en el país, solo superados por las habilidades de los herreros Uchiha. Mientras que la familia Yosuke es quien posee la mayor cantidad de minas de hierro y la familia Okura se centran más en la venta e importación de telas y ropa, entre ellas incluidas las pieles y el cuero.

Al principio se dice que realizaron un contrato debido a la conveniencia entre ellos, los Hiromasa compran el hierro a los Yosuke y venden sus artículos a los Shinobis, los Yosuke venden el hierro y promocionan entre los altos mandos del ejército mientras que los Okura aportan los materiales a los trabajadores de las otras dos familias susurrando en los oídos de los nobles sobre las hermosas obras de arte que producen los Hiromasa y el material puro que venden los Yosuke.

Lo que generó que pasaran de un simple contrato a una alianza que después pasó a una hermandad parecida a la de los clanes Yamanaka, Nara y Akimichi hace más de tres décadas

Por lo que Kakuzu le informó la familia Hiromasa tiene origen en el país del hierro y se mudaron a la capital hace unas pocas generación mientras que las otras dos familias pertenecen al país del fuego desde sus orígenes.

El brazo de Itama aprieta el suyo disimuladamente, advirtiéndole que alguien se acerca a ellos, no es que Obito lo necesite después de todo es un Sensor.

Mirando por el rabillo del ojo detrás de él, nota cómo la gente se aparta del camino. Obito se gira y mira a los ojos grises de Nara Shikadai que le sonríe perezosamente.

"Es un gusto conocerlo Uchiha-san" El Nara lo saluda, un brillo de diversión pasando por sus ojos antes de mirar a Itama y asentir en saludo.

Itama sonríe educadamente y Obito siente como su mano aprieta levemente su brazo de nuevo probablemente por el hecho de que es un Nara quien está aquí y eso es peligroso.

Obito ignora la leve molestia y sonríe dulcemente, sus ojos brillando con curiosidad y diversión disimulada "Es un placer conocerlo Nara-san"

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Obito se está divirtiendo mucho.

El Líder Nara claramente se esforzó para llegar hasta el punto en el que están ahora y Obito quiere reírse locamente al ver su rostro frustrado y las ganas que el hombre tiene de jalarse el cabello con desesperación.

Los hombros de Itama tiemblan levemente y Obito sabe que el mocoso quiere tirarse al piso y reírse como un loco.

al igual que el.

Prácticamente esta usando todo su autocontrol para no hacerlo.

Shikadai había tratado de manipularlo y obtener información sobre su Clan y Obito claramente no lo culpa, su apariencia suave y delicada lo hace ver como el blanco perfecto a los ojos de los demás y sinceramente es algo que lo enorgullece porque lleva mucho tiempo queriendo que el mundo lo subestime.

Quién esperaría ser asesinado por un hombre pequeño, bonito y maternal en primer lugar.

El pobre Nara notando que había un juego de ajedrez en una mesa al otro lado del salón lo invito a jugar claramente pensando que Obito perdería y bueno...

"Jaque mate Nara-san"

El ojo derecho de Shikadai tiembla de enojo, detrás de él, sus amigos Inojin y Chokomaru la matriarca Akimichi se ríen a carcajadas.

Obito sonríe y ladea la cabeza "eso hace 7 a 0, Nara-san"

Shikadai entrecierra los ojos y mira fijamente el tablero como si quisiera quemarlo y hacerlo pedazos.

Mirando por el rabillo del ojo observa una tela violeta ondear en el aire y dirigirse sigilosamente a la salida

Mira a Itama y asiente levemente "Nara-san" dice Itama adecuadamente, dando un paso hacia delante, llamando la atención sobre él haciendo que olviden a Obito por un momento "me gustaría jugar con usted también, aunque tengo que admitir que no soy tan bueno como mi jefe" dice humildemente con una sonrisa cortés.

Shikadai de repente brilla feliz y asiente con confianza, pensando en que podrá recuperar algo de su orgullo.

Que equivocado está el pobre diablo piensa Obito con una risa maliciosa.

"claro Nakamura-san".

Obito aplica un Genjutsu indetectable sobre las personas a su alrededor y se levanta del sofá, con pasos ligeros y silenciosos sale del salón ocultándose en las sombras de los grandes pilares.

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Dos horas después.

Habitación médica especial, Palacio del Daimyo de Fuego

Despidiéndose del joven pálido de cabello negro y ojos morados Obito abre la puerta de la habitación notando la enorme sonrisa en el rostro del tercer príncipe y sus acompañantes.

Sin embargo su sonrisa se borra cuando casi choca contra alguien y se detiene antes de que haga contacto.

Sus ojos rápidamente se dirigen hacia arriba.

Cabello rojo atado en dos bollos y dos ojos oscuros que lo miran con furia y disgusto.

Oh.

El está realmente jodido ahora ¿no?

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Uniendo lo PerdidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora