Capitulo L

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Obito se rió suavemente mientras escuchaba las quejas de Ryota sobre el perezoso Koi plateado.

"Te lo digo Shishou, ese maldito pez tarda un dia en darle una maldita vuelta a ese estanque" Ryota se quejo mientras señalaba acusadoramente al pez que lo miraba con aburrimiento

Obito se rió nuevamente mientras Ryota hacía pucheros.

A pesar de sus pequeñas riñas con los ancianos del Clan..hoy fue un buen día.

"Por cierto Shishou, ¿Vamos a ir a Tanzaku?" Ryota le pregunta sonriendo.

"Si" Obito alza una ceja y contesta sin comprender ya que Ryota sabe que Obito siempre va a Tanzaku cada fin de semana.

Ese mocoso está tramando algo y Obito ruega para que él no se encuentre en el medio de sus planes

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Obito va a patear a Ryota cuando lo vea, eso es seguro.

La razón por la que Obito quería que Ryota lo acompañara a Tanzaku no fue solamente porque él necesitará revisar sus negocios y escuchar los informes de Kakuzu, si no también porque el dia de hoy Itama le enviará perlas Uzumaki y Obito necesitaba una coartada en caso de que alguien preguntara y qué mejor que el heredero Uchiha para proteger a un bonito civil en uno negocios en la aldea de las apuestas.

Las perlas Uzumaki eran importantes para Óbito en estos momentos ya que eran la clave para curar al hijo del Daimyo, a Haruka. Debido a que esas perlas tienen un chakra en su centro que tendía a ser curativo y cuando se convertían en polvo pueden convertirse en las mejores medicinas, algo que los Uzumakis de esta época todavía desconocen así que las tratan como mercancía para nobles, por lo que Obito había mandado a comprar docenas de cajas y planeaba seguir comprando cada cierto tiempo una vez que Konoha fuera fundada.

En cuanto a Haruka, Obito usaría el polvo de perla y lo mezclaria con diferentes hierbas y Chakra curativo líquido que tiene almacenado para fortalecer los huesos y músculos de Haruka, tambien pensaba en darle a comer una perla diaria con algo de medicina y tambien seria necesario algunos masajes para el cuerpo debido a que ha estado en cama durante años.

Obito no tenía una manera para llamar aquella enfermedad pero sí sabía que era increíblemente mortal y era un milagro que el heredero siguiera respirando en estas fechas lo que demostraba lo excelente que era su chakra y que sin duda estaba inclinado hacia la curación.

Sin embargo...

Los señores de los puestos del mercado hicieron una reverencia disimulada hacia Obito.

Esto no es lo que tenía planeado.

"Obito-Tenshi" Una voz tranquila y emocionada sonó detrás de él, Obito se detuvo y se giró "¿Te gustaría pasar al puesto de Dangos o quieres ir a comer a un restaurant?" pregunto Madara sonriendo alegremente hacia él, aunque Obito estaba seguro que su sonrisa aterro a más de uno de los Shinobis que pasaban a su lado.

Obito inclinó la cabeza y tarareo fingiendo pensar en algún lugar, ya que él es prácticamente dueño de casi la totalidad de Tanzaku y conoce cada lugar aquí "humm...hay un puesto de comida a unas calles, hay venden Dangos también" Obito sonrió "así que ¿Quieres ir hay?"

Madara sonrió y tímidamente extendió su brazo hacia Obito, que entrelazo el suyo con una sonrisa y caminaron tranquilamente por las calles de Tanzaku-gai y si Obito noto el brillo feliz en los ojos oscuros de Madara o como las puntas de sus orejas se sonrojaron, él no dijo nada.

Aunque le hubiera gustado ver a el Terrible y Cruel señor de la Guerra avergonzado.

Es simplemente adorable

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Mientras el cielo se oscurecía Obito no pudo evitar pensar que hoy fue uno de los mejores días que ha tenido

Sentado en un cómodo sofá en una de las terrazas de su puesto de comida favorito Obito sintió la mirada de algunos Shinobis extranjeros sobre él, los mismos con los que se había encontrado hace unas horas con Madara en el mercado.

Probablemente sean del país del Agua

Obito tomó su té y espero a Madara que fue a buscar algo y se relajó en su asiento ignorando a los Shinobis extranjeros sabiendo que no son un peligro para él ya que los guardias de Tanzaku los estaban viendo.

Obito había estado en Tanzaku-Gai durante casi una década y toda la gente que vivía aquí lo conocía y lo respetaba ya que gracias a él este pueblo creció tanto en poder como económicamente y actualmente es reconocido incluso por el Daimyo quien viene de vez en cuando.

Incluso tenía Shinobis a su servicio que Kakuzu entreno en sus ratos de aburrimiento, a pesar de que solo eran unas cuantas docenas, estos Shinobis le eran leales debido a que al igual que su codicioso estudiante también fueron esclavos y Obito al salvarlos y alimentarlos le juraron lealtad incluso si eso no fue lo que Obito quería en un principio.

Sin embargo Obito siempre se aseguró de que nadie fuera de Tanzaku sabe que él es quien maneja y controla este lugar ya que la cara pública de sus negocios es Kakuzu, solo unos cuantos y los de su confianza saben que Obito es el dueño.

"¿Tarde mucho Obito-Tenshi?" Madara dijo tan pronto como llegó y Obito pudo notar que el hombre estaba sudando, como si hubiera corrido kilómetros, sin embargo no dijo nada y solo sonrió.

"No Madara" Obito negó con la cabeza y aceptó la mano que Madara le ofreció.

Se dirigieron hacia las escaleras y salieron del puesto, pero tan pronto como llegaron a la calle Obito sintió a los Shinobis extranjeros acercarse ignorando claramente que Uchiha Madara era quien estaba a su lado.

Madara en cambio se notaba irritado y Obito lo miró con curiosidad hasta que recordó que el Uchiha mayor era un sensor al igual que el, aunque Obviamente no tenía el mismo nivel que Obito que lleva entrenando esa área desde que era un infante.

Notando que Madara estaba molesto y soltando su aroma de manera cruda, Obito instintivamente y sin que se diera cuenta se acercó a Madara y lo abrazó rodeando con sus brazos al Uchiha tensando por un momento al Alfa y ronroneó suavemente en voz baja contra el pecho del más alto.

Madara soltó un gruñido y enterró su nariz en el cabello de Obito aspirando con avidez el suave aroma del hermoso Uchiha.

Obito miro por el rabillo del ojo a sus enemigos y susurro "Dara" el mayor gruño suavemente "podemos ir a la posada, estoy cansado" Obito dijo sin embargo el Alfa solo lo apretó en un abrazo y no se movió, sabiendo que Madara estaba en trance Obito suspiro y miro a los ojos oscuros del Alfa con los ojos más tiernos que pudo hacer "Por favor...Alfa"

Los ojos de Madara se abrieron antes de mirarlo con una mirada de satisfacción y tomó a Obito al estilo nupcial quien solo jadeo sorprendido y se sonrojo.

"Mío" murmuró Madara con satisfacción oscura antes de desaparecer junto con Obito en un borrón de velocidad.

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A lo lejos unos ojos llenos de ira, codicia y envidia miraron a los dos Uchiha que desaparecieron.

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Uniendo lo PerdidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora