Termino de responder el examen y me aseguro de que todo esté bien repasando las hojas una vez más. No estuvo tan difícil como creía que lo estaría, aunque en realidad, la verdad es que estudie bastante, no tenía nada más que hacer estando en camilla, después de todo.
Me levanto del asiento acercándome a la señora de anteojos y falda entubada para entregarle mi examen y abandonar este lugar. Necesito un café latte con urgencia, el sueño quiere dominarme.
—Tenga. —le entrego la hoja.
—Gracias, te deseo mucha suerte. —dice sonriéndome cálidamente y me encamino hacia la puerta fijándome en el resto de mi equipo.
Naomi está sujetándose la cabeza claramente desesperada, Scott muerde la punta de su lápiz mientras parece estar siendo succionado por una de las ultimas preguntas, Jason conserva ese semblante serio de siempre y Gilda parece estar esforzándose en demasía por leer lo que está escrito en su hoja, la levanta frente a sus narices mientras entrecierra sus ojos de una manera muy graciosa. No entiendo para que ocupa esos lentes de lupa tan grandes si no le sirven de nada.
Salgo del salón dirigiéndome de inmediato hacia el casino. Ya hace dos días que deje de estar hospitalizada. Por suerte, gracias a que mi recuperación evoluciono de manera no me positiva, no me estipularon más días, porque ya no soportaba estar allí ni un minuto más. Definitivamente, toda la imagen feliz que tenía sobre lo que era pasar una vida durmiendo cada que se te apeteciera se fue a la basura, ahora parece una pesadilla.
—Un café latte, por favor. —pido a la señorita del negocio, y entonces, siento unas manos sobre mis hombros seguido de una sonora voz chillona en mi oído. No podría ser más que mi caribeña compañera.
—¡¿Cómo te fue?! ¡Dios! Por un momento creí que moriría, desde la pregunta quince todas estaban muy difíciles, ¿no lo sentiste así también? —se coloca a mi lado para pedir algo también. —Una café vainilla, por favor.
—No tanto la verdad, pero si fue muy tedioso, ya no me interesa esto de andar haciendo exámenes sin sentido. —respondo recibiendo mi liquido caliente. —Por suerte es el último, se supone.
—Si, ¿verdad? ¡ya somos internos! Deberían dejar de molestarnos con eso, este país es una mierda.
—No sé qué tiene que ver el país con esto, pero sí. —respondo apartándome hacia una mesa y Naomi me sigue.
En eso llega Scott junto a Jason y les movemos las manos para que vean que estamos aquí. Se dirigen a nosotras y no puedo evitar esta vergüenza que siento cada que veo los ojos de Jason fijarse en mí. Después del otro día, de que llore sobre su pecho como toda una drama queen, me ha costado mirarlo a la cara. Es demasiado bochornoso. Pero es que en verdad James me dejo mal, el muy idiota no me ha respondido ninguno de los mensajes que le he dejado preguntándole sobre si mi hermana la estupidez que me confeso, sobre que él está...enamorado de mí.
Aunque no lo creo, no puede ser tan idiota.
—¿Cómo te fue, querido Jason? —le pregunta Naomi mirándolo con cara de picara y este suelta un exhalo sentándose junto a mí.
—Bien, no estaba tan difícil la verdad, solo fue muy tedioso. —contesta y la caribeña de la nada comienza a reírse a carcajadas. Quedamos viéndola confundidos, con una ceja en alto.
—Lo siento, lo siento. —pronuncia moviendo una mano frente a su rostro. —Pero es que tú y Amber son tan iguales, los dos respondieron casi prácticamente lo mismo. —nos mira con travesura. —Yo creo que deberían ser no-vi-os. —pronuncia remarcadamente, inclinando su tronco hacia nosotros con una sonrisa de esquina a esquina y creo que me dará algo, este es el peor momento para que diga algo como eso, con esta tensión entre nosotros. Maldición, puedo sentir mi cara acalorándose de una manera que me hace querer salir corriendo de aquí.
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Monster
General FictionLa recién egresada de medicina, Amber Jones, se ve obligada a realizar un trasplante de corazón a un atractivo joven, hijo de uno de los mafiosos más buscado de la ciudad. Sin escapatoria, la joven doctora realiza la operación esperando que una vez...