Lost in the fire.

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Zev o quien se suponga que es esta persona queda inmutado frente a mí, no me dice nada, y entonces, extrañamente, parece volver en sí.

—¿Qué está ocurriendo? —murmura de pronto y casi no veo nada cuando sin aviso las luces se apagan y el caos parece desatarse en el piso de abajo.

Se oyen mas gritos, los disparos aumentan y Zev no tarda en apresurarse a la puerta.

—Oye, espera. —lo persigo.

—Quédate acá, no salgas de aquí, ¿oíste?

—Pero—

—¡No salgas! —me grita antes de salir y solo atino a correr hacia la ventana para ver si puedo ver algo de lo que está ocurriendo.

En cuanto lo hago veo un par de lujosos autos disparando hacia todas partes en el jardín principal y debo agacharme cuando algunas balas destrozan la ventana tras la cual estoy. El sonido es tan fuerte que me deja un pitido en los oídos, vidrios caen a mi alrededor y después de unos segundos vuelvo a alzar mi rostro con mucho cuidado, esto es...

De pronto, escucho los gritos de una niña fuera de la habitación en donde estoy y corro hacia la salida para ir a ver qué sucede. En cuanto salgo veo a muchas personas subiendo como desesperados por la escalera, escondiéndose dentro de los cuartos sin llave con absoluto nerviosismo mientras se gritan unos a otros que salven sus vidas.

Sigo oyendo la voz de la niña y abriéndome paso entre la masa de gente que corre en dirección contraria a mi consigo llegar al comienzo a la escalera, y entonces, la veo, a una niña de no más de seis años acurrucada en una esquina cercana al baño.

—Diablos. —maldigo yendo por ella, corriendo por los escalones con este incómodo vestido mientras los disparos explotan en mi alrededor.

—¡Oye, vuelve arriba! ¡es muy peligroso! —me grita alguien al cual ni siquiera miro y continúo intentando acercarme a la niña.

—Tranquila, todo está bien. —le digo a esta cuando ya estoy a pasos de ella. Esta abrazando una cartera que supongo es de su madre.

En cuanto llego a su lado la abrazo para que se calme.

—Mi mami...—dice llorando. —Creo que está muerta, alguien le disparo, y... y...—una bala se estrella contra la pared justo frente a nosotras y sé que debo sacarla de aquí ahora mismo.

—Entiendo, escucha. —la tomo por los hombros. —Se que esto es horrible, pero ahora debemos salir de aquí, es muy peligroso. —asiente con su cabeza, con ojos llorosos. —De acuerdo, escucha, debes estar a mi lado en todo momento, no puedes quedarte atrás, ¿me entiendes? Debo llevarte hacia arriba, el segundo piso es más seguro.

Su mirada me muestra lo asustada que esta.

—E-está bien.

—Ok. —pronuncio sujetando su mano e intentando salir de esta esquina tan rápido como puedo. —Corre, corre. —le digo cuando veo que las balas se detuvieron cerca de nosotras. Este es el momento para correr.

La jalo por los escalones tan rápido como puedo y una vez arriba la hago entrar a una habitación donde están entrando un par de personas para refugiarse.

—Cuídenla, es una niña, y creo que ha perdido a su madre. —le digo a una mujer que parece estar al borde del colapso nervioso.

—Oh, pobrecita, d- de acuerdo, yo la cuido.

—Cierren bien la puerta. —es lo último que les digo antes de oír los desgarradores gritos de la señora Ricci proviniendo desde el jardín y corro hacia la habitación en donde estaba en un principio para ver si puedo ver algo de lo que está ocurriendo, por ahora no es seguro volver abajo, apenas hay donde esconderse.

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