Lo que llevo dentro.

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Zachary Ricci:

A mil por hora, siento que mi sangre esta ebullendo a mil por hora.

De hecho... siento que todo en mi esta en ebullición, incluso las venas que rodean mi corazón. ¿Cómo es posible...sentirme tan caliente?

-Cariño. -habla una voz femenina tras de mí. -Te hice una pregunta.

Es cierto...

Melody llego en algún momento.

Me enderezo todavía estando de espaldas a ella y me esfuerzo porque no note que acabo de vomitar sangre. Ya estoy harto de tener a todo el mundo encima de mí.

-Lo siento, no te oí. -limpio las comisuras de mi boca y me giro hacia ella.

De inmediato puedo ver su expresión confusa.

-Te pregunte qué porque hay unos botones que parecen ser de una blusa botados en el suelo, y porque la Dra. Jones se fue de esa forma. -recalca con seriedad y el recuerdo de todo lo que acabo de hacer con la doctora avasalla mi mente. Ni siquiera entiendo cómo pudo suceder, porque no sentí...que fuera yo.

-Seguramente deben ser de alguna enfermera que estuvo aquí hoy.

-¿De alguna enfermera? -pregunta de inmediato, incrédula.

-Solo estoy suponiendo, ¿has visto mis cigarrillos? -camino hacia el velador a un lado de mi camilla evitando cruzar mi mirada con la suya. No soy bueno mintiendo tan descaradamente.

-No... ¿Y por qué la Dra. se fue corriendo de esa forma? Parecía bastante nerviosa. -continua y solo pienso "mierda".

-Me dijo que tenía algo urgente que hacer. -tomo mi cajetilla y saco un cigarrillo. -¿Por qué el interrogatorio?

-Ah, no es por nada, es solo que...se me hizo muy extraño. -aclara inclinando un poco su cabeza.

Camino hacia ella deteniéndome frente a su rostro.

-No está pasando nada, no tienes de qué preocuparte. -beso su frente y me mira de esa forma que siempre hace, con una transparencia que no me hace bien.

-Lo sé, yo... Creo en ti. -murmura enredando sus brazos alrededor de mi cuello antes de darme un profundo beso, pero se detiene cuando alguien toca la puerta.

-¿Joven Zachary? ¿está ocupado? -pregunta una de las sirvientas, Mireya.

-No, pasa. -digo de inmediato, provocando que Melody haga un infantil puchero.

-Con permiso. -dice Mireya entrando cautelosamente. En cuanto ve a Melody entrecierra sus ojos con molestia. -Señor, la familia Smirnov lo espera en el despacho.

-¿Hace cuánto llegaron? -pregunto dirigiéndome a mi armario para sacar una camisa. Había olvidado que vendrían hoy.

-Hace aproximadamente diez minutos señor.

-Eso es malo, he oído que no les gusta esperar.

-¿Quiere que les de algún recado mientras se viste?

-Oye, ¿en vez de eso porque mejor no te esfuerzas por ser una mejor sirvienta? -le reprocha Melody en un tono altanero. -Si los Smirnov venían para acá entonces debiste venir a recordárselo mucho antes, ¿no lo crees? No estas siendo muy eficiente, Mireya.

Puedo notar como las manos de Mireya se empuñan ligeramente.

-Lo hubiera hecho. -responde está intentando disimular su molestia. -Pero el señor Zachary estaba muy ocupado con la Dra. Jones, así que...

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