Comienzan Las Clases

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Al final terminamos durmiendo en la habitación de invitados, mis padres decidieron que para evitar que sucediera algo que no debía suceder, bueno... Para ser más especifica, Ellos dijeron que No podrían dejar que durmiera con Kotori, es cierto que somos chicas y eso, pero según ellos, no era el momento, bueno, eso fue lo que fue dicho por mamá a quien parecío no agradarle la idea, cuando les dije que Dormiría con Kotori jeje.

Ella dijo que no era el momento, y que Dormiría con ellos, resolveriamos como, pero la verdad, no era fácil para mí. Pero... Bueno, que podía hacer, así que terminé aceptando, o así parecía que terminaría todo hasta que...

—¡Honoka! –escuché la voz de kotori gritando lo más bajo posible. —¡Honoka!

—¡¿Que sucede?! –le respondi de la misma forma.

—¡abre la puerta!

—¡¿Porque?! ¡Mis papás se pueden dar cuenta! ¡El quedarse dormidos les ayudo a no estar tan hebrios!

—¡lo se!

—¡¿puedes salir?!

—¡¿Eeeeh?! ¡¿Porque?!

—¡¿puedo estar contigo?!

—¡¿no recuerdas que no quisieron que durmiera contigo?!

—¡lo se! ¡Pero no quiero dormir sola!

—¡yo tampoco! ¡Pero no puedo hacer nada! ¡Mejor vuelve a tu habitación antes de que algo pase!

—¡Honoka! ¡Onegai!

—¡¿Ko-Kotori?! ¡¿Porque haces eso?! ¡Bueno! ¡Déjame ver que puedo hacer! ¡¿Si?!

—¡esta bien! ¡Estaré esperando aquí afuera!

—¡entendido!

Después de decir eso, bueno... Verifique que mis padres estuvieran cien por ciento dormidos, y... Pues, me salí, Kotori al verme, su reacción fue besarme, y bueno... Pues creo que tenían razón cuando dijeron que no debíamos hacerlo, porque...

—¡Aaaaaah! ¡Que noche la de ayer!¿No? Que bueno que mis papás aceptaron... –Kotori estaba a mi lado. EEEEH.

—¡¿Que pasa?! –Kotori se levantó de golpe.

—¿Q, que hago, que hago sin Ropa? –solo una sabana era lo que me cubría.

—oh! Jeje, lo siento.

—¿que? ¿Como que lo sientes?

—bueno... Es que... Es que ayer tenia ganas y bueno... No me aguante, lo siento.

—¿no te aguantaste? ¿De qué no te aguantaste?

—¿no lo recuerdas?

—no lo se, solo... Oh, dime ¿l, lo lo hicimos anoche? –ella asintió.

—realmente no conocía ese lado tan increíble de ti Honoka, me hiciste sentir muy bien. Gracias Jeje.

—si... Que bien, me alegra que lo disfrutarás. ¿Que horas son? –eran las seis y media de la mañana. —bueno... Mejor vistamonos y bajamos a hacer la comida, nuestros padres despertarán con mucho dolor de cabeza jeje.

—es cierto, bueno, ¿te bañaras tu primero o nos bañamos juntas?–tenía una mirada que me daba miedo.

—¿Eh? ¡Ah¡ mejor tu primero jeje.

nuestro amor secretoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora