Capítulo 11

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Katheryn.

"Le dispararon a Diego, está muy grave"

Esas palabras siguen resonando en mi mente, no logro procesarlas y sólo pienso en estar con él.

-Despierta -susurré llorando mientras le acariciaba el rostro.

-Lamento dejarte -me dijo Matías poniéndo sus manos en mis hombros.

-No te has recuperado del todo -le dije mirándolo por encima de mi hombro.

-Ya me siento mejor.

Me dí la media vuelta para verlo y seguía algo pálido, tenía ojeras acompañadas de un tono morado.

-Debes descansar -le dije pero de nada sirve porque es muy necio.

-Descansaré cuando recupere a Natalia.

Lo abracé y lloré más.
Así quise tenerlo hace meses pero no en ésta situación, así no.

-Va a estar bien -me dijo acariciando mi cabello.

-Le cuesta respirar y no despierta -me aferré a su playera.

Sentí que mi alma se desvanecía, que ya nada tendría sentido sin Diego.
Él siempre me hizo reír, me hacía muy feliz con sus abrazos repentinos en las noches.
Empecé a recordar las veces que lloraba en mi hombro diciéndome que no quería ser el líder de la mafia pero aún así daba todo de él para ser excelente en ese papel.

-Va a despertar, es valiente -agarró mi rostro entre sus manos-. Él no va a irse sabiendo que tú estás en esta vida.

Fruncí el ceño y él sonrió.

-Estoy recordando -confesó y sus ojos se empañaron de lágrimas-, he tenido algunos recuerdos y espero volver a ser el de antes.

Volví a abrazarlo, eso era lo único que me hacía feliz en éstos momentos.

-Te quiero -le susurré.

-Yo también te quiero, lo hago todo el tiempo.

Sonreí y luego me dió un beso en la frente.
Se salió de la habitación y yo volví a ver a Diego quien seguía respirando con dificultad.

-Cariño... -jadeó sin abrir los ojos.

Agarré sus manos y las besé.

-Aquí estoy, amor -le dije llevando sus manos a mi rostro.

-Te... amo...

Lloré más porque ahí si abrió los ojos pero su voz se escuchaba a despedida.

-No lo digas así -me limpié la nariz.

-Es que lo hago... -se movió un poco pero se quejó-. Acuéstate conmigo.

Sonreí antes de hacerlo, me acomodé a su lado y él puso su mano sobre mi cadera.

-Vas a estar bien -susurré llorando.

-No llores -pasó saliva-, no me gusta que lo hagas.

Sonreí y luego le dí un beso en la mejilla.

-¿Quién fué?

-¿Para qué quieres saber? -sus dedos empezaron a hacer caricias en mi cadera.

-Para matarlo -fuí sincera.

-No te lo diré -sonrió.

-¿Por qué? -empezaba a molestarme-. Tienes que decírmelo.

-No quiero que mates.

Mafia vs Mafia (Completa ✓)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora