Mafia vs Mafia (Completa ✓)

Capítulo 35

Joshua.

Dejé la moto estacionada junto al auto de mi papá y caminé hacia la entrada de la mansión.

—¡Joshua! —Gritó Micaela corriendo hacia a mí.

La cargué haciéndola girar y ella reía.

—¿Dónde está mamá? —Le pregunté al bajarla al suelo.

—En su habitación, le duele un poco la cabeza-.

—Iré a verla —Le dí un beso en la frente.

Justo cuando llegué a las escaleras, mi hermano Noah me habló.

—¿Por qué no llegaste a dormir?

—No tenía sueño —Me burlé.

—¿Ahora a quién te follaste?

—A nadie, sólo estuve en la moto dando uno que otro viaje.

Se acercó a mí con curiosidad y empezó a olerme.
Abrí mi chaqueta para que me oliera bien y sonrió.

—Tienes razón, no hueles a sexo.

—¿Ya puedo ir a ver a mamá?

—Si, pero no hagas mucho ruido porque le duele la cabeza.

—Lo prometo.

Subí rápido las escaleras y dí dos toques suaves a la puerta de la habitación de mi mamá.

—Adelante —Habló desde adentro.

Cuando entré, la ví acostada con una manta encima.

—¿Te duele mucho? —Le pregunté.

—No, casi nada —Respondió con una gran sonrisa—. Ven aquí, mi niño.

Caminé hacia ella como si fuera un pequeño de 5 años y me acosté a su lado.

—No llegué a dormir porque estuve con unos amigos jugando —Le dije al notar su silencio.

—Sólo avísame, no me gusta quedarme con la preocupación.

—Prometido —Le dí un enorme beso en la mejilla.

Sonrió y es lo más hermoso que he visto. Ninguna mujer se le compara a mi hermosa mamá.

—Voy a prepararte algo de comer y regreso —Le avisé.

Agarró mi mano y me dió una mirada cómplice.

—¿Qué tal una carrera? —Me retó.

—Te sientes mal —Le advertí.

A mi mamá y a mí nos encantan las motos así que de vez en cuando, competimos por diversión pero ella siempre termina ganándome.

—No digo que ahorita —Hizo una mueca—, tal vez mañana.

—Hecho, ¿Qué apostaremos ésta vez?

—Si tu ganas, te dejo salir cuando quieras y te preparo tu postre favorito; Tarta de coco.

Me reí asintiendo.

—¿Y si ganas tú?

—Te quedarás aquí los próximos 3 fines de semana a tejer suéteres con tu abuela.

Negué con la cabeza casi haciendo berrinche.

—Lo que quieras menos eso —Me quejé.