Capítulo 44

363 45 4
                                    

Matías.

—Samuel —Le hablé al mismo tiempo que lo movía—. Mierda, hombre, no me asustes.

Al día siguiente de que los chicos se quedaran a dormir, quisieron irse de inmediato pero Samuel se quedó, dijo que le dolía la cabeza y yo creí que era por la resaca pero al parecer no, debe ser el cáncer.

Ahora ya pasaron tres días y Samuel mejoró pero ahora no despierta y eso realmente me preocupa.

—No... Puedo... Respirar... —Habló por fín pero no abrió los ojos.

Estaba acostado en posición fetal y su piel empezaba a ponerse pálida.

—Oh no —Dije antes de cargarlo.

A pesar de su estatura y complexión, me pesó demasiado.

—¿Qué le pasó? —Preguntó Natasha atravesándose en mi camino.

—Quítate —Le dije pasando por su lado.

—Al menos déjame para desayunar, no has comprado despensa.

—Pues come tacos de sal o yo que sé —Le dije abriendo la maldita puerta.

Llegué hasta mi camioneta y bajé a Samuel al suelo para poder abrir la puerta. En cuanto lo metí, cerré nuevamente y ahora fuí a abrir la reja para poder salir. Regresé a mi asiento y encendí el motor.

—Aguanta, Sam, aguanta —Le dije conduciendo hacia la puerta.

—No me... Acosté con Nata... Lia —Dijo entrecortado.

—Lo sé...

Natalia no me haría eso.

Salí acelerando a toda velocidad y tuve que girar el volante de inmediato cuando un auto se me cruzó.

—¡Idiota! ¡Púdrete! —Gritó el tipo.

—¡Volveré por tí!

Seguí conduciendo directo hacia el primer hospital pero Samuel empezó a gritar.

—¡Duele! —Agarró su cabeza.

—Falta poco —Dije más nervioso que nunca.

—¡Es insoportable!

—Espero que hayas continuado con tu tratamiento.

—No... Creí que... ¡Apúrate!

Aceleré llendo a la máxima velocidad. Me pasé varios semáforos en alto e incluso llegué a tirar los espejos de uno que otro auto.

Llegué al hospital en tiempo record y bajé para sacar a Samuel aunque varios doctores ya estaban llendo hacia nosotros.

—¿Qué le pasó? —Preguntó uno de ellos.

Los demás acercaron una camilla de inmediato y procedieron a subir a Samuel.

—Tiene cáncer, debe ser por eso que le duele la cabeza.

—¿Cáncer de qué?

—¡No lo sé! —estallé—, se supone que eso lo revisan ustedes.

El doctor decidió meterse y lo seguí.
Justo en la entrada, un médico se acercó a mí.

—¿Usted es familiar del paciente que acaba de entrar? —Preguntó

—Soy su amigo... —Dudé un poco al decir eso.

—¿Su amigo? —Levantó una ceja.

—Escúchame —lo agarré por los hombros—. No importa lo que tengan que hacer sólo sálvenlo.

Mafia vs Mafia (Completa ✓)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora