Capítulo 51

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Mohan.

Llegué a mi oficina después de ir a ver a Rosa, me sentí frustrado porque Natasha quedó en que los Cooper vendrían por la estúpida que tengo encerrada pero hasta la fecha no veo señales de ellos.

Me senté de mala gana y justo en el momento en que encendí mi puro, un tipo me llama.

—Un chico quiere comunicarse con usted.

—¿Para qué? No es normal que alguien me busque.

—Dice que necesita de su ayuda para vengarse de los Cooper. Su nombre es Alonso Narváez.

Ese comentario me sacó una sonrisa sobre todo porque su apellido se me hace conocido.

—Traelo a la mansión 8, ya sabes el procedimiento —Le dije antes de colgarle.

Entrelazé mis manos llevándolas a la boca.

A mi nadie me engaña, ese tipo vino a buscar alguien o algo.

Me quedé sentado revisando algunos papeles pero me detuve al ver uno donde me casé con María hace años.

—¿En serio me amas? —Le pregunté.

—Te amo más que a nada en el mundo.

Me mantuve recto ante ese recuerdo. No voy a llorarle más, sólo estoy concentrado en vengar su muerte.

Héctor nunca la mereció, María siempre fué mía.

Saqué mi miembro que ya estaba erecto, ella siempre provocaba ésto y me duele tanto que ahora esté muerta.

Agarré el teléfono para llamar a una de las putas y ordenarle que viniera a mi oficina.

No tardó en llegar pero se veía asustada y eso me hace sentir poderoso.

—María... —Murmuré provocando que ella temblara.

Saben bien que cuando digo ese nombre es porque estoy realmente deseoso de tener sexo.

Se acercó a mí para girar mi silla hacia ella y arrodillarse.

—No me lastimes esta vez —Pidió con voz chillona.

—Cállate y haz tu trabajo.

Se limpió rápido la lágrima que se le salió antes de meterse mi falo a la boca.

Dejé que lo lamiera hasta que entrara y saliera con facilidad de su boca. Tomé su cabello en un puño pero sentí que temblaba.

—Tranquila, si no haces bien tu trabajo recuerda los castigos que habrán —Le advertí.

Aceleró sus movimientos pero yo la ayudé empujándola más a mí logrando que le entrara todo el la boca.

Mi cabeza se hizo hacia atrás, mi boca se abrió dejando salir mis jadeos y mi mano continuaba empujando a la chica que me estaba chupando.

Sentí sus manos sobre mis piernas tratando de alejarse y gruñí enojado.

—¿Qué pasa? ¿Te estás ahogando?

Se sacó mi miembro de la boca y tocó su garganta.

—Me duele...

Coloqué mi mano sobre la de ella y con la otra limpié sus lágrimas.

—Cariño... —Le susurré con delicadeza—. ¿Estás consiente de que no me interesa si te duele o no?

Sus lágrimas fueron más notorias pero me valió así que la levanté para quedar detrás de ella y subirle la falda.

Mafia vs Mafia (Completa ✓)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora