Capítulo 07: Regulus Black

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''3 de septiembre de 1972: Son las tres de la tarde, tengo quince minutos entre una clase y otra, pero no podía perder el tiempo para contarte, diario, que me metí en problemas. No solo problemas. Problemas con los Slytherin, y no los de mi año, sino que con los de séptimo. Ajá, los más grandes. Hasta ahora, él solo me sacó puntos, pero amenazó que la cosa no quedaría así.

Igualmente tengo que admitir que fue algo gracioso provocar al tipo llamado Lucius Malfoy''

Harry leyó aquel nombre en voz alta, con lentitud, alargando el conocido apellido, miró al grupo con la boca medio abierta y los ojos llenos de sorpresa, e intriga por saber más de lo que pasó. Ron, Dean, Seamus y Neville lo alentaron a seguir leyendo, estaban a punto de dormir, y los tres últimos se habían sumado a escuchar la historia al momento que Harry leyó que se había metido en problemas y que habían amenazas de por medio.

''...Bien, la mesa de Ravenclaw, como te conté ayer, está justo al lado de la mesa de Slytherin. Estábamos almorzando, cuando me di cuenta de que estaba sentada a espaldas de Regulus Black (el hermano menor de Sirius), Slytherin de mí mismo año.

Yo, tonta, pensé que como Sirius y James se habían hecho tan amigos, y Sirius era tan divertido, creí que podría ser amiga de su hermano y tener algo como ellos.

No fue así.

Regulus no es Sirius, obviamente.

Intenté presentarme con él, lo único que recibí fue una sonrisa falsa por encima de su hombro. Me dijeron que él no me hablaría porque yo soy UNA TRAIDORA DE LA SANGRE ¿? Y él no.

Me reí por lo estúpido que sonaba eso, y también de la gente que lo cree, ahí fue cuando ese rubio huele basura se metió, y me gritó.

Yo no tenía idea de que era ''tan respetado'', permíteme reír porque nadie lo respeta en realidad, le temen. Temor no es igual a respeto, es solo miedo..., y me burlé de él (antes de saber que le tenían miedo, y de que debería tenerlo yo también). Mi prefecta me regañó a mí, y a él lo regañó una Slytherin llamada Andrómeda (resultó ser prima de Sirius).

Cuando me gritó por haberlo ''insultado'', creí que me lanzaría un maleficio o que tendríamos un duelo allí mismo. ¿Diario, sabes cuál es el único conjuro que aprendí hasta ahora? LUMUS. No me habría servido de mucho, quizás podría cegarlo un momento, pero quizás necesitaría saber conjurar lumus máxima. Por suerte no hubo un duelo, así que tranquilo... por el momento, porque Lucius dijo ''ya verás, traidora''. En el Gran Comedor, sólo le sacó 50 puntos a mi casa (él tiene el poder de hacerlo), por suerte una copa junta polvo no les interesa a mi compañeros Ravenclaw, porque por lo que James decía, ganar la copa de las casas es muy importante para los Gryffindor.

Nos leemos a la noche, diario, ahora tengo que entrar a pociones... y debería salir de mi escondite YA para llegar a tiempo a las mazmorras''.

|FLASHBACK|

— Soy Julieth Potter —dijo risueña, luego de picar con un dedo el hombro de Regulus Black; él la rebajó con la mirada, sonrió sin mostrar los dientes y volvió a girarse hacia el frente.

Mel, una chica de Ravenclaw, le comentó sonriente (y casi en susurro):

— No esperes que te conteste.

— Es un Black —agregó su amiga en susurró. Julieth rio alto, incrédula.

— ¿Por qué? ¿Acaso son de la realeza y los simples plebeyos no podemos dirigirnos a ellos? —preguntó con gracia, sin saber que los Slytherin estaban escuchando; Julieth no es una persona muy discreta y definitivamente no habla bajo. Ella siguió hablando: — Además, yo hablo con Sirius Black... No es mi amigo, no aun, pero...

Uno de los mayores de la casa de las serpientes la interrumpió:

— Porque los Black, al contrario de los Potter, no son unos traidores de la sangre—dijo con pura serenidad—, inmundos.

Julieth giró su torso en cámara lenta, pálida. Los estudiantes de alrededor (tanto Slytherin, como Ravenclaw) miraban atentos; las dos casas restantes, estaban lejos para notarlo o escuchar.

— Malfoy, es de primero —dijo con fastidio la prefecta de Ravenclaw.

— Con más razón, si tú no les enseñas como son las cosas aquí, alguien más debe hacerlo. Así que, traidora, ahora ya lo sabes, algunos magos no se rebajarían a hablar con una sabandija como tú.

— Okey, entonces... ¿Por qué me estás hablando tú, ''Malfoy''? —la sangre del platinado hirvió ante semejante falta de respeto, además, una risilla se escapó de la boca de Julie.

Regulus, Narcisa y Andromeda Black, entre otros, apretaban sus labios para no reír, estaban del lado de Lucius, no había discusión, pero la niña tenía razón, ella no le había hablado.

— Algunas brujas, como yo, no nos rebajamos a hablar con discriminadores como tú. Creo que Regulus Black tiene una boca para decirme por sí mismo que no le interesaba mantener una conversación conmigo.

Malfoy quería lanzarle una maldición imperdonable, pero estaban en el Gran Comedor, con muchos alumnos y profesores cerca, incluido Dumbledore.

— ¡Julieth! —regañó su prefecta en voz alta, con algo de temor por lo que Lucius podría hacerle, y llamó la atención de muchos en el gran comedor.

Lucius golpeó la mesa y se levantó.

— ¡Escúchame una cosa, traidora inmunda! —TODOS miraron; Julieth abrió sus ojos como platos, hasta sintió como su corazón salía de su pecho— No voy a permitir que algún como tú me falte el respeto, ¿tus sucios padres no te enseñaron a respetar en casa?

James Potter estaba en la mesa de Gryffindor, miraba espantado a su hermana casi ser devorada por la serpiente. Mientras que Sirius estaba tan atento como sonriente.

— Te repito, nunca te hablé a ti, te metiste en mi conversación y eso sí que es mala educación —respondió tomando fuerzas, no iba a permitir que le diga sucios a sus padres—. Pero veo que sigues insistiendo en hablar conmigo, así que sí, mis papás me enseñaron respeto en casa, de hecho, a respetar a cada persona sin importar lo diferentes a mí que fueran. Algún día quizás lo entiendas, o no, porque ahora que lo pienso, el sombrero, cuando dudo si ponerme en Slytherin, dijo que era muy inteligente... y acabé aquí, supongo que esa cualidad no va con tu casa.

Había un silencio absoluto en el comedor, Dumbledore y McGonagall escondían una sonrisa medio obvia, además de mirar fijo a Lucius por si se animaba a tocar su varita.

Lucius Malfoy se mordió la lengua, se abstuvo con todas sus fuerzas para no exponerse demasiado ante todo el mundo. Simplemente, se acercó más a ella y dijo:

— 50 puntos menos para Ravenclaw, por faltarle el respeto a un delegado —luego se agachó, quedando frente con frente, y le susurró: —. Agradece que nos encontremos en el Gran Comedor, traidora. Algún día me las pagarás.

— Lucius, basta. Es solo una niña —dijo intensa la castaña de Slytherin. Pasó su vista a Julieth, y estirando su mano, sonrió—. Soy Andrómeda Black, es un gusto. Quizás necesitábamos una persona como tú en Slytherin, tienes ovarios hermana —murmuró, regalándole un guiño.

— Soy Julieth, y aunque agradezco tu reconocimiento, creo que estoy bien en Ravenclaw —respondió agitándole mano.

— Regulus Black —dijo al fin el pelinegro de ojos verdes, con una sonrisa de costado. Ella le mantuvo una vista incrédula por unos segundos, negó con burla, y volvió a girar hacia su mesa. 

''4 de septiembre de 1972:

Recibí una carta vociferadora de mi madre esta mañana... ¡qué vergüenza!''

El diario de J. Potter » Sirius & Regulus BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora