Capítulo 17: Darkness

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|FLASHBACK|

— ¿Qué opinas, Potter? —preguntó Regulus Black sin sacar su vista del libro, pero sintiendo dos pares de ojos, muy abiertos, sobre él. La miró, y agregó con fatiga— De la poción.

Severus creía que el menor de los Black estaba jugando, pero no. Realmente le estaba pidiendo un consejo a ella.

Ruborosa, aclaró su garganta antes de hablar.

— Bueno... —miró a Snape— Creo que él tiene razón, es un corte horizontal.

Rio incrédulo, apretando su mandíbula, marcándola, con los ojos cerrados, mojó sus labios y los chasqueó.

— Genial, no volveré a preguntarte.

— Si quieres te miento, pero a qué costo; saldrá mal la poción.

Severus Snape le lanzó una mirada divertida a Julieth, y otra curiosa a Regulus, que no estaba explotando ante aquella contestación. Black tomó aire antes de hablar.

— Potter y yo hemos llegado a un acuerdo —hizo una mueca—. A la fuerza, pero sí. En este salón, no habrán discusiones ni (tantos) insultos —otra gesticulación forzada y siguió un tanto amenazante—. Nadie se va a enterar.

El pelinegro de piel cetrina asintió sin darle mucha más importancia de la que debería al asunto. ‹‹Después de todo, la Traidora no era una idiota». Siguió pesando la sangre de salamandra, mientras Julieth procedía a cortar de forma horizontal el tallo.

— Usa uno más pequeño —le dijo observándola de costado, y esa fueron las primeras palabras ''amables'' que Snape dirigió a su persona; sonrió inconsciente.

Regulus suspiró alto.

— Te vas a desinflar —murmuró Julie guardándose una sonrisa, la de Snape se escapó.

— ¿Intentas que me arrepienta?

— ¿Te arrepentirás? ¿Seguro? —preguntó desafiante.

— No me hagas reconsiderarlo, Potter, en serio. No me provoques —amenazó hundiéndole un dedo en su hombro, empujándola con el mismo, ella apretó con fuerza el bisturí.

— Esto es algo divertido, pero me gustaría terminar esta poción, que he realizado mil veces, para ir a comer, ¿pueden concentrarse? —los dos miraron a Snape, sin cambiar sus caras serias.

— Vete. Tenemos asuntos que discutir sobre la materia —Snape lo analizó con ojos desconfiados—. Limpiaremos el salón.

— Hum. Está bien —dijo, comenzando a guardar sus cosas.

Y se fue.

Julieth miró a Regulus, que limpiaba en silencio su mesada.

— Deja eso, no voy a hacerte nada. Te daré tutorías ahora, idiota.

Julieth soltó la poción fortificante, que rodó por la mesa y terminó en el suelo. Otro suspiró ruidoso y agotado salió de la boca de Regulus.

— ¿Ahora? —preguntó agachándose detrás de la mesa para limpiar el suelo.

— Hum. Si trabajamos a la hora de la cena, no habrá personas que nos vean juntos.

— ¿Y si tengo hambre? —no lo veía, pero imaginaba la cara que tenía.

— Te comes un ojo de rana, no me interesa, Potter. Tómalo o déjalo.

— Está bien —contestó rendida.

El diario de J. Potter » Sirius & Regulus BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora