El Perro, el Gato & la Rata | parte 3

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-Este capítulo lo escribí desde LA PELÍCULA de Harry Potter y el Prisionero de Azkaban-

-Este capítulo lo escribí desde LA PELÍCULA de Harry Potter y el Prisionero de Azkaban-

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Entre la confusión que sentía al verla nuevamente, y con su curioso nuevo nombre, Sirius Black solo pudo decirle:

— Has venido por él.

Ella asintió.

— ¡Sirius, acabemos con él! —gruñó.

— ¡NO! —gritó Hermione, poniéndose por delante de Harry, y pasando su mirada a Remus, nuevamente, diciendo con tristeza— Confiamos en usted. Y todo este tiempo, ha sido amigo de ellos dos.

— ¡Dejen de hablar hay que matarlo!

— Torturarlo —corrigió Julieth con odio, siendo atrapada de ambos brazos por Remus.

— ¡ESPEREN!

— ¡YA ESPERÉ MUCHO! ¡Durante 12 años! ¡En Azkaban! —y giró a Julie— ¡EXPLICAME ESTO! ¡HAZLO! ¡YA! —le torció el brazo, dejando ver por completo la marca tenebrosa— ¡JAMES, JULIETH, JAMES PAGÓ POR...! —con el otro puño, ella le dio un puñetazo.

— CREES QUE NO LO SÉ. ¿CREES? —lo agarró por el cuello de la túnica. Remus suspiró alto, sacando la varita de su bolsillo, dándosela a Sirius y separándolo de Julieth.

— Está bien, mátalo. Pero espera, Harry tiene que saber por qué.

— ¡Traidora, eres una verdadera Traidora! —le gritó Harry rompiendo su garganta. Remus la miró de reojo, ella había enfurecido, miraba a Harry con los puños cerrados, y de nuevo, puso su brazo para no permitirle el paso— Ustedes dos. Tres. Ustedes son la razón.

— No, no fueron ellos, Harry —insistió Remus—. Alguien más traicionó a tus padres. Alguien a quien todos pensábamos muerto.

Julieth ladeó la cabeza, y miró a Sirius.

— ¿QUIÉN?

— Peter Pettigrew —contestó Julie entre dientes—. Te he buscado, inmundo, por más de doce años...

— Lo sabías —murmuró Remus, ella asintió ceñuda.

Sirius Black no los escuchó, pero sí agregó:

— Y está aquí, en este momento. ¡Sal, Peter! No tengas miedo —canturreó—. ¡Sal a jugar!

— ¡EXPELLIARMUS! —gritaron de repente, dejando a Sirius desarmado. Al girar, se encontraron con Snape— Cuantas ganas tenía de atraparte —le dijo con la varita apuntándole al pecho—. Y tú, le advertí a Dumbledore que lo ayudarías. Aquí la prueba —Remus se corrió, dejando a la vista a Julieth.

— ¡SEVERUS! —chilló, y él la miró atónito por un momento, distrayéndolo lo suficiente para que Sirius se le acercara.

— De nuevo, usando tu maravillosa mente, Snape. Pero temo que llegaste a la conclusión errónea. Con tu permiso, tenemos asuntos pendientes.

El diario de J. Potter » Sirius & Regulus BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora