El diario de J. Potter » Sirius & Regulus Black

Capítulo 18: Pociones - Clase 3

|Tengo que aclarar, por si hay confusiones con el título, que ya tuvieron como 20 clases de pociones, pero es la tercera que relato|

''... finalmente, hoy le he pedido disculpas a Sirius.

Las aceptó, pero sin dejar de ser el gran arrogante de siempre.

Parece que nada ha cambiado entre nosotros, ni siquiera los nervios que siento cuando estoy a su lado, ni las ganas inexplicables que tengo de tocarlo, sentirlo cerca y el vuelco que da mi corazón cada vez que sonríe. Irá conmigo al baile de navidad del club slugh, pero no sé qué hacer, Diario, necesito sacármelo de la cabeza. No quiero sentir cosas por él, me niego. Pero luego va y me dice que le importo y ahí estoy de nuevo, muriéndome por las ganas que tengo de besarlo. Accedió a pedirle disculpas a Ámbar, se lo pedí, ¿y sabes qué contestó? Que lo haría, pero solo por mí, y no porque lo sentía en serio. Y por eso, yo no sé cómo sentirme al respecto.

Por mí. Porque yo le importo.

Ojalá él no me importara a mí, ojalá no me gustara.''

|FLASHBACK|

1 de noviembre de 1977

Julieth cortaba el jengibre para la poción del día, mientras que Regulus, aun cuando tenía que machacar escarabajos, le ponía más atención a lo que ella hacía. Cuando se chupó el dedo pulgar por tercera vez, suspiró y se quejó entre dientes.

— ¿Puedes dejar de comerte los ingredientes de nuestras pociones? —Julie levantó su vista.

— Solo necesitamos las raíces.

— Está sucio.

— Lo limpié —respondió obvia.

— Eres repugnante, limpio o no.

— ¿Por qué no machacas esos escarabajos y te dejas de meter en mis cosas? —le pareció raro que no le hubiera contestado, así que lo miró, él tenía sus ojos puestos en lo que sea que estuviera pasando a espaldas de Julieth. Con disimulo, giró la cabeza por encima de su hombro.

El profesor Slughorn hablaba aireado con Sirius y señalaban a la mesa de Julieth y Regulus.

— ¿Por qué no prestamos atención en esto mejor?

— ¿Por qué tan nerviosa, Potter? —preguntó acercándose unos centímetros, poniendo una mano encima de la suya, sintiéndola temblar— ¿Acaso hiciste algo por lo que mi hermano, el traidor, pueda acusarte ahora que son ''enemigos''?

— No me toques.

Regulus miró su mano sobre la de Julieth por unos segundos y volvió a sus ojos, eran verdes, y pasó a sus cejas, una de ellas estaba arriba; la soltó. En silencio, bastante incomodos, volvieron a los ingredientes de la poción.

— Es en sentido de las agujas del reloj, lo arruinas, Potter —rugió.

Ella levantó su cabeza, soltando la cuchara de madera y con los brazos en alto, gritó.

— ¿En serio? —preguntó fatigado, vertiendo las raíces de jengibre en el caldero.

— Hazlo, me cansaste —Regulus le regaló una sonrisa falsa y la empujó con su cuerpo, quedándose él frente al caldero—. Te odio.

— Yo te odio más, Potter. Nunca lo dudes... ¿Acabas de patearme?

— No...

— ¿Podemos hablar? —preguntó Sirius, detrás de Julie, sobresaltándola. Regulus lo miró con una sonrisa de lado, con malicia, y muy atento— Con Julie.